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Dos clanes gitanos están enfrentados por el control de la barriada de Son Gotleu, la zona más caliente de Palma. El control del negocio de la marihuana y de los pisos ocupados entre ambos grupos está provocando una espiral de violencia que ha puesto en estado de máxima alerta a los cuerpos de seguridad, en especial a la Policía Nacional. Días atrás fue un tiroteo en esa barriada. En la madrugada pasada, unas detonaciones alertaron a todo el vecindario de Son Gotleu. Son episodios cuyos protagonistas e intenciones son bien conocidos por los expertos policiales. Desactivar esta tensión creciente es el objetivo primordial de las fuerzas policiales.

Armas de fuego.

La pugna por el control de Son Gotleu es seria. Ambos clanes no escatiman amenazas y exhiben su poder haciendo uso incluso de armas de fuego. ‘Los Manzano’ y ‘Los Pelúos’ llegaron a Mallorca desde Cataluña. Su rivalidad se ha trasladado, con los años, al barrio palmesano, que concentra las tasas más altas de marginalidad de la capital. Es un terreno abonado para la proliferación de las actividades delictivas gracias, en buena medida, a su avanzada desestructuración social. El episodio actual es uno más de los que llegarán en el futuro si no se actúa con contundencia, como se ha hecho en otros barrios en el pasado.

Salir de la degradación.

La labor de la Policía Nacional y del resto de instituciones ha logrado salvar barrios de Palma en una situación similar a la que ahora se encuentra Son Gotleu, aunque para ello es preciso alcanzar un elevado grado de compromiso político. La acción policial, indispensable en estos momentos, acaba convirtiéndose en un mero parche frente a la degradación social en la que se encuentra sumida la zona. Este es, en realidad, el tuétano del problema que se debe abordar. Palma no puede permanecer impasible ante el deterioro de sus barrios y de la convivencia de sus vecinos.