El metaverso constituye una vuelta de tuerca más a la evolución de internet. | R.D.

TW
9

El metaverso es un concepto tecnológico de cuño reciente por el que los gigantes de la industria hace un tiempo que transitan. También es una fulgurante oportunidad de negocio según reconocen desde el Col·legi d'Economistes de Balears. Lo que antes conocíamos como Facebook y que ahora es Meta ha apostado a esta baza todo su capital, que no es poco. Pero no es el único. Microsoft, Apple, Google y Nvidia, entre otros, abren su propia senda en este mundo que es plenamente real, aunque no físico ni material.

Precisamente el metaverso es un mundo virtual que se construye a partir de una idea bastante simple, y que permite, mediante algunos dispositivos electrónicos, obtener una experiencia totalmente inmersiva. Parecerá que realmente estamos dentro de un mundo nuevo, a través de las gafas de realidad virtual y otro tipo de dispositivos que ya empiezan a asomar en las tiendas de tecnología y que permiten interactuar con todo un mundo lleno de posibilidades donde amenudo el concepto «interactuar» es sinónimo de gastar dinero –y por tanto que otros lo ganen–.

El metaverso es una suerte de realidad paralela o alternativa a la habitual que hoy en día ya es posible gracias a la tecnología 5G y a la inteligencias artificial (IA), entre otros avances significativos. En esa nueva realidad creada a partir de tecnología es posible hacer todo o casi todo de una forma parecida al mundo físico. Hay que decir que los mundos virtuales no son cosa del siglo XXI; en verdad existen bastantes ejemplos, especialmente ligados al mundo de los videojuegos como 'Second life'. Pero el metaverso no es un juego, no va ni mucho menos de matar 'marcianitos', como en un tradicional juego electrónico.

«Los metaversos y mundos virtuales ofrecen muchísimas posibilidades de aplicación. Más allá de la oportunidad de crear un espacio virtual como Internet con las ventajas de la interacción física, muchas empresas están trabajando en proyectos de creación de mundos virtuales e hibridación entre la realidad física y la digital», explican los economistas de las Islas. De hecho ya existen varias empresas en el archipiélago balear que están dando los primeros pasos, aun experimentales, en este nuevo terreno productivo lleno de posibilidades. La mayoría pertenecen al mundo del ocio digital y a la tecnología en un sentido amplio y diverso del término.

El metaverso bebe en cierta forma de los avances en materia de realidad aumentada, un campo que ya ha demostrado su fiabilidad con ejemplos como el juego 'Pokémon Go', un auténtico éxito de ventas y generador de nuevas y propias dinámicas sociales en el mundo físico y real, el de toda la vida. Y es que el ocio, en su dimensión más general, se siente interpelado de forma significativa por un nuevo mundo sugerente y atractivo como este, en el cual por ejemplo ya se han dado los primeros conciertos musicales exclusivamente para este nuevo medio digital.

Según el Col·legi d'Economistes baleares «el metaverso de Facebook se plantea como la plataforma más avanzada en realidad virtual, en la que las comunicaciones a través de redes sociales serán reemplazadas por interacciones mucho más parecidas a la realidad. Todavía hay una serie de obstáculos para lograrlo. A nivel de fidelidad del usuario también existen obstáculos importantes. El metaverso de Mark Zuckerberg planifica atraer a mil millones de usuarios de cara a 2030, lo cual hará necesario que los dispositivos sean mucho más baratos que en la actualidad. Además, deberá combatir el límite estimado de 30 minutos que un usuario medio puede tolerar utilizando gafas virtuales, por realista que sea el entorno digital».

De este modo, para los economistas de las Islas «la clave estará, probablemente, en el abaratamiento del coste de adquisición, y en la creación y moderación de contenido lo bastante atractivo como para luchar contra la competencia que ofrecen los videojuegos y las demás plataformas sociales. En cualquier caso, es seguro que la lucha por la popularidad online brindará importantes avances tecnológicos que convertirán el metaverso en una realidad cada vez más sólida».

Es importante recalcar que el metaverso no tira de fantasía. De hecho trata de emular el funcionamiento del mundo físico para trasladarlo a escala gracias nuestros procesadores o dispositivos electrónicos. Quiere consolidarse como una realidad alternativa a la física para poder hacer en ella las mismas cosas que hacemos fuera de casa, aunque sin movernos de ella. Ofrece muchas cosas similares al mundo físico, entre ellas dos elementos que mueven nuestro mundo como son el entretenimiento y el reconocimiento social.

Esto da lugar a un gran abanico de opciones y posibilidades, y todas ellas en estos momentos son controladas y tuteladas por los distintos gigantes tecnológicos, que por ahora copan el metaverso. Como en los principios de Internet, el metaverso carece de regulación clara, o cuanto menos específica, no existen autoridades competentes en él como tal y el vacío provoca vértigo a algunos usuarios. Lejos de peligros, reparos y prejuicios tecnológicos, el metaverso va ganando poco a poco más y más adeptos, y cada vez más empresas de sectores más variopintos e insospechados ven en este terreno un campo abonado para sus operaciones.