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Parece que la aplicación rusa FaceApp ha vuelto a ponerse de moda. No es la primera vez que esta app irrumpe entre la población y consigue llenar todos los grupos de WhatsApp con sus imágenes alteradas. Para quien no la conozca, se trata de un editor de fotos y vídeos que permite a los usuarios «editar retratos basados en tecnología de red neuronal que genera automáticamente transformaciones faciales altamente realistas».

Si en 2019 se popularizó el hacerte viejo con esta aplicación, en esta ocasión el cambio es de sexo: gracias a una reciente actualización que utiliza técnicas de deepfake, puedes transformar con bastante realismo el género de un rostro. Y así lo han hecho en Twitter con la cara de los principales políticos españoles.

Sin embargo, como ya sucedió el pasado año, esta app levanta muchas sospechas entre los expertos en ciberseguridad, ya que su política de privacidad es cuanto menos controvertida. No se trata, como se creía el año pasado, de un problema de ‘espionaje’ de tus imágenes, en este sentido dicha política parece aclarar que 'respeta' tu intimidad y dice que:

Añade, además, un punto específico en referencia al contenido audiovisual: «Los vídeos se editan localmente en tu dispositivo, por lo que no nos proporcionas vídeos cuando usas la aplicación, y no recopilamos, usamos y compartimos tu información de vídeo».

Incluso más abajo, en el apartado ‘Información personal que recopilamos’ insisten en ese supuesto respeto a la privacidad informando de que, aunque pueden recopilar «fotografías que proporcionas cuando usas la aplicación, a través de tu cámara o carrete de cámara, la funcionalidad de búsqueda en Internet en la aplicación o tu cuenta de redes sociales» -si das previamente permiso, claro-, aseguran que solo obtienen «las imágenes específicas que has elegido modificar utilizando la aplicación» y que no recopilan «tus álbumes de fotos, incluso si otorgas acceso a ellos».

Hasta ahí, más o menos, todo de acuerdo. Pero si sigues leyendo encontrarás algunos puntos algo más dudosos, como por ejemplo que les estás dando permiso para registrar importantes datos de tu dispositivo: el tipo y versión del sistema operativo, el fabricante y modelo, el ID de Google o Apple «para publicidad» -expresado así por la misma política-, el tipo de navegador, la resolución de pantalla y, los dos aspectos más alarmantes, la dirección IP -y el país de ubicación- y el sitio web que has visitado antes de visitar su sitio web.

Por otro lado, al aceptar la política de privacidad -probablemente y como hacen todos, sin leerla antes- también estás aceptando que si conectas tu cuenta de redes sociales, por ejemplo tu perfil de Facebook, estás dando acceso a FaceApp a “recopilar información de esa plataforma o red», como tu alias de redes sociales, nombre y apellido, número de ‘amigos’ y, dependiendo de tu configuración en Facebook o la red social que hayas conectado, una lista de tus amigos -aunque, dicen, no utilizan ni almacenan esta información-.

Por último, son muy claros en cuanto a la venta de tus datos a terceros: advierten que recopilan datos de tu actividad online en su app y su web, «incluidas las páginas o pantallas que viste, cuánto tiempo pasaste en una página o pantalla, rutas de navegación entre páginas o pantallas, información sobre tu actividad en una página o pantalla y tiempos de acceso y duración del acceso» y que sus «proveedores de servicios y ciertos terceros (por ejemplo, redes de publicidad online y sus clientes) también pueden recopilar este tipo de información».

Esta política es «efectiva» desde el 3 de diciembre de 2019 y «actualizada» por última vez el 4 de junio de 2020, según dice la propia página web.