Jaume Covas presenta ‘Lombrices y astros’ | Còctel d’estiu’ a escena | Arreglos

Este jueves, 3 de julio, Jaume Covas González, palmesano, presentará su libro Lombrices y astros

Jaume Covas presentará Lombrices y astros, en el que cuenta su experiencia como miembro de una ONG en Myanmar (antigua Birmania), país que tuvo que abandonar a raíz de que los militares se hicieron con el poder

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Este jueves, 3 de julio, Jaume Covas González, palmesano, presentará su libro Lombrices y astros, de 250 páginas, que viene a ser lo más parecido a unas memorias sobre el tiempo que vivió en Myanmar, antigua Birmania. Allí, durante años, trabajó en una ONG pero tuvo que salir huyendo del país, junto con miembros de otras ONG, debido a que el 1 de febrero de 2021 los militares dieron un golpe de Estado dinamitando el gobierno del partido demócrata, que regía los destinos de aquel territorio. «Y como los militares -recuerda Jaume- sembraron el terror, sobre todo entre los extranjeros que vivíamos allí, no nos quedó más remedio que huir, ya que de lo contrario, si nos quedábamos, las consecuencias podían ser muy graves».

¿Qué hacía concretamente en Myanmar? ¿En qué trabajaba?

-Yo fui allí para trabajar en un monasterio budista, que era a la vez escuela y orfanato. Allí atendíamos a niños sin familia, que se quedaban a vivir en el orfanato, y a quiénes dábamos clases a la vez que atendíamos su necesidades.

¿Cómo se le ocurrió viajar a Myanmar, antigua Birmania?

-Por dos motivos. Uno, a raíz de leer 1984, de George Orwell, lectura que me impresionó mucho. Y como Orwell, entre los muchos trabajos que hizo a lo largo de su vida, fue policía de Birmania, me dije que por qué no ir a este país. Así que no me lo pensé, hice la maleta, viajé hasta allí, donde me instalé.

¿Y la otra razón…?

-Pues el hecho de haber estudiado en Montisión Primaria y Secundaria… Pero, sobre todo por la educación que recibí allí durante esos años, fue clave para entender culturas diferentes a la nuestra, como, por ejemplo, la cultura de Myanmar. A ello sumé a Orwell, y… Pues que a partir de ahí lo tuve claro, por eso me fui allí, donde seguiría estando de no haber sido por el golpe de Estado contra la democracia, que me obligó a regresar a Mallorca, donde decidí escribir mis experiencias en aquel país y, de paso, dar visibilidad a Myanmar y contar lo que habíamos estado haciendo allí.

Tras pasar un tiempo en Mallorca, decidió regresar a Myanmar con la esperanza de que la democracia hubiera llegado de nuevo… O estaba en camino de hacerlo. Y regresó en bici. Y nosotros lo contamos.

-Sí. De Palma a la frontera de Tailandia con Myanmar, pues no pude avanzar más, ya que en este país seguían las cosas igual, es decir, con los militares en el poder. Fue un viaje duro, pero interesante. Fue un recorrido de cerca 12.500 kilómetros, lo que se tradujo en pedalear durante 350 días, atravesando 16 países, llevando conmigo lo imprescindible para sobrevivir lejos de las ciudades y pueblos, como una tienda de campaña, un pequeño fogón, un saco de dormir, una linterna, una olla… Tuve, además, mucha suerte, ya que durante el camino no encontré ningún conflicto, sino más bien buen rollo entre la gente que conocí, entre otros, europeos que recorrían aquellas tierras también en bicicleta, aunque ellos en plan turístico.

Pasa que cuando llegó al final del territorio tailandés, se encontró con que no podía avanzar más, es decir, no podía entrar en Myanmar, ya que, como hemos dicho, los militares seguían mandado en el país, por los cual los extranjeros seguían estando mal vistos…

-Bueno, sí, pero ahí, en la fronteras, encontré el lugar, la gente y el modo de cómo poder ayudar a los niños y huérfanos a la espera de que vengan tiempos mejores.

¿Va a escribir algo sobre su viaje en bici a lo largo de 16 países?

-Mi deseo es hacerlo, ponerme en ello una vez que hay presentado Lombrices y astros, y ver cómo funciona. Sí, porque mi intención es seguir dando visibilidad a Myanmar.

Tele de verano

Toni Cañellas, del que os conté hace unos días que está trabajando como actor-monitor en la piscina de Aqualand, presentará en Canal 4, a partir del viernes a las 21.00 horas, el programa Còctel d’estiu, un clásico de dicha casa, emitido ya en veranos anteriores, con distintos presentadores.
Còctel d’estiu está previsto que se emita en la hora anunciada, durante las próximas nueve semanas de verano. Uno por semana.

Toni Cañellas nos adelanta que la duración de cada programa será de media hora, distribuida en tres tiempos: entrevistas a personajes conocidos, visita a un restaurante y probar algunas de sus especialidades, y conocer lugares dónde pasar de forma divertida el verano.

«La intención es la de que el telespectador se divierta entre gente conocida y lugares dónde pasárselo bien y comer o cenar mejor», adelanta Cañellas, muy ilusionado con este nueva experiencia.
Diremos que en el primer programa, Toni entrevistará al cantante Jaume Anglada, visitarán el restaurante Bonanza, de Sant Llorenç des Cardassar, y como lugares de ocio presentará Aqualand de s’Arenal y Palma Aquarium. Pues que os vaya bonito.

Ya era hora

Creo que vamos por el buen camino. Tras más de un año denunciando que gran parte de los ladrillos de la denominada esquina del tropezón -entre el Paseo de Mallorca y la calle Simó Ballester-, esquina muy transitada, ya que es mucha la gente que a diario pasa por ella, camino de las oficinas centrales de la Policía Nacional; gente que tropieza con los ladrillos salientes, estrellando, a veces, su cuerpo contra el suelo... Como decimos parece que el mal estado de sus ladrillos, causante de los tropezones, tienen los días contados, ya que desde principios de la pasada semana han colocado dos vallas, lo cual entendemos que es para, de un momento a otro, ponerse a trabajar y colocar debidamente los ladrillos que hoy, cual teclas de piano, o tablas de surf, se mueven a nada que los pisas, a la vez que se convierten en peligro para el viandante, que -repito- al tropezar con sus salientes puede dar con su cuerpo contra el suelo.

Ya decimos, tras un año de denunciarlo, parece que ¡por fin! van a solventar el problema.