La presencia de la reina Sofía por el centro de Palma es habitual durante su estancia en la Isla y el verano del año pasado se la pudo ver por el centro de la ciudad como copiloto en un Mini Cooper. La madre del rey Felipe VI, que mantiene su tradicional presencia estival en la isla, fue fotografiada realizando compras en El Corte Inglés de Jaume III: durante su visita al conocido centro comercial la monarca recorrió principalmente la sección de perfumería y cosmética, para posteriormente descender a la planta baja donde mostró interés por los libros y el calzado.
El automóvil en el que se desplazaba era un Mini Cooper de 2002, primer modelo producido por BMW tras adquirir la legendaria marca británica. Este vehículo, que revolucionó el mercado al reinventar el clásico Mini original con un enfoque más moderno y premium, destaca por su diseño icónico y su carácter urbano, perfectamente adaptado para moverse por las calles de Palma. El Mini Cooper de 2002 incorpora un motor de 1,6 litros con cuatro cilindros en línea (desarrollado conjuntamente por Chrysler y BMW bajo la denominación Tritec), capaz de generar una potencia de 115 CV a 6.000 revoluciones por minuto.
Este propulsor ofrece un equilibrio entre prestaciones y consumo adecuado para el entorno urbano, alcanzando una velocidad máxima de aproximadamente 200 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en unos 9,2 segundos, cifras destacables para un vehículo de su segmento. En cuanto a sus dimensiones, el Mini Cooper se caracteriza por su tamaño compacto, con apenas 3.635 mm de longitud, 1.688 mm de anchura y 1.407 mm de altura. Esta configuración, junto con su distancia entre ejes de 2.467 mm, le confiere una gran maniobrabilidad en entornos urbanos congestionados, como pueden ser las calles del centro histórico de Palma durante la temporada turística estival.
Aunque se desconoce la configuración exacta del Mini Cooper utilizado por doña Sofía, este modelo destacaba en 2002 por ofrecer un equipamiento notable para su categoría. La versión estándar incluía elementos como airbags delanteros y laterales, frenos ABS y control de tracción, además de climatizador, dirección asistida y equipo de audio con CD. El interior del Mini Cooper presenta un diseño retro con numerosos guiños al modelo original, combinando elementos clásicos con la tecnología y calidad de materiales propios de BMW. El salpicadero está presidido por un característico velocímetro central de gran tamaño, mientras que los acabados con detalles cromados y la iluminación ambiental confieren un ambiente distinguido y juvenil al mismo tiempo.
A pesar de sus dimensiones exteriores contenidas, el habitáculo del Mini Cooper ofrece un espacio razonable para los ocupantes delanteros, si bien las plazas traseras y el maletero resultan algo limitados. Con una capacidad de carga de 150 litros con los asientos traseros en uso (ampliable hasta 670 litros abatiéndolos), el vehículo resulta suficiente para realizar compras cotidianas como las que efectuó la reina emérita en su visita a El Corte Inglés. Actualmente, este modelo se ha convertido en un vehículo con cierto carácter de clásico moderno, manteniendo una notable demanda en el mercado de segunda mano.
En España, el precio de un Mini Cooper de 2002 oscila generalmente entre los 3.400 y los 4.600 euros, dependiendo de factores como el estado de conservación, el kilometraje acumulado, el nivel de equipamiento y si se trata de una versión Cooper estándar o la más deportiva Cooper S. Según datos de diversas plataformas de venta de vehículos como AutoScout24, CanalCar o AutoUncle, un Mini Cooper de 2002 con un kilometraje entre 180.000 y 240.000 km y transmisión manual suele cotizarse en torno a los 3.400-4.400 euros.
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Nunca he entendido la pleitesía de los periódicos hacia quien nunca aporto a Baleares más que gasto y la pérdida de un museo.