El pueblo de Mallorca que es un refugio para Emily Ratajkowski: agrícola y en el centro de la isla

La modelo veraneó en el municipio hasta los 14 años y tardó una década en volver a pisar la Isla

Emily Ratajkowski veranea en Sant Joan. | T. Ayuda

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Emily Ratajkowski se ha convertido en la perfecta embajadora de Mallorca. La modelo, nacida en Londres, pasó muchos de los veranos de su infancia en la Isla ya que sus padres, John David Ratajkowski y Kathleen Balgley, poseían una casa en Sant Joan. La influencer veraneó en el municipio hasta los 14 años y tardó una década en volver a pisar la Isla: fue en 2019 cuando pudo redescubrir «como adulta» Mallorca, algo que le supuso una «increíble experiencia». Desde ese viaje la modelo, que tiene un hijo con Sebastian Bear-McClard, comparte en redes sociales sus visitas al pueblo y además le suele dedicar bonitos mensajes, incluso en catalán.

«Mallorca és màgica. Cada vegada que torno tinc la sensació que torno a casa. Tinc la sort de tenir aquesta illa com a part de la meva vida i ara també la del meu fill. T'estimo Mallorca, tens un lloc especial al meu cor (Mallorca es mágica. Cada vez que vuelvo tengo la sensación de que vuelvo a casa. Tengo la suerte de tener esta isla como parte de mi vida y ahora también la de mi hijo. Te quiero Mallorca, tienes un lugar especial en mi corazón)», escribió en una publicación en Instagram.

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Y es que Emily tiene claro que quiere que su hijo crezca en Baleares, el lugar en el que ella ha disfrutado año tras año. Tal es su amor por este pueblo que incluso lució una camiseta de Sant Joan en uno de sus paseos por Nueva York. El geógrafo Climent Picornell detalló en el programa Al Dia de radio IB3 que se trataba de una edición limitada de 1999 diseñada por la asociación cultural de Sant Joan con un estampado que muestra a los demonios que representan los siete pecados capitales.

Sant Joan es un pueblo agrícola situado en el centro de la isla, en la zona denominada Pla de Mallorca. Según la Conselleria de Turisme, tiene una población de 1.600 habitantes y es una de las poblaciones que mejor ha sabido custodiar y divulgar las tradiciones de la isla. Se trata de un pueblo eminentemente agrícola y ganadero y sus producto protagonistas con el trigo y los ajos, que son de reconocida calidad. También se centran en la cría del cerdo, sobre todo el conocido cerdo negro mallorquín.

En este pueblo de interior se encuentra la finca de Els Calderers, una antigua possessió mallorquina que es también un espacio de aprendizaje sobre cómo era la vida del campo antiguamente en Mallorca, un lugar que cuenta con animales de raza autóctona. También es muy recomendable la visita a la ermita de Sant Joan, conocida como el santuario de la Mare de Deu de la Consolació, que data del siglo XIII y desde su localización se pueden admirar los campos de alrededor.