Palma, un museo al aire libre: los ocho monumentos más impresionantes y con mucha historia

Con su patrimonio arquitectónico diverso y bien conservado, la ciudad es un museo al aire libre que permite descubrir siglos de historia a través de sus edificaciones emblemáticas

Vista aérea del Castell de Bellver | P. Pellicer

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Mallorca posee un rico patrimonio arquitectónico que refleja la huella de distintas civilizaciones a lo largo de los siglos. Y es que la Isla alberga una amplia variedad de edificaciones de gran valor histórico y cultural. Iglesias góticas, edificios defensivos y patios señoriales forman parte de un legado que cautiva tanto a residentes como a visitantes interesados en la historia y la arquitectura.

Es Baluard

Ubicado en el baluarte de Sant Pere, parte de la antigua muralla renacentista de Palma, Es Baluard es un espacio donde el arte contemporáneo dialoga con la historia. En sus instalaciones se conserva un aljibe del siglo XVII, que en su momento abastecía al barrio de Puig de Sant Pere. Inaugurado en 2004, el museo fue diseñado por los arquitectos Lluís García-Ruiz, Jaume García-Ruiz, Vicente Tomás y Ángel Sánchez Cantalejo, quienes crearon una estructura integrada en el entorno patrimonial. Sus tres plantas, interconectadas con las murallas mediante rampas, claraboyas y balcones, albergan una colección que recorre desde el modernismo pictórico, con artistas como Sorolla y Anglada-Camarasa, hasta las vanguardias del siglo XX, con obras de Picasso y Miró. Además de exposiciones temporales, Es Baluard ofrece actividades educativas, talleres y seminarios relacionados con el arte actual.

La Llotja

Construida en el siglo XV bajo la dirección del arquitecto y escultor Guillem Sagrera, La Llotja es uno de los mejores ejemplos del gótico civil mallorquín. Inspirado en la arquitectura borgoñona, el edificio destaca por su gran sala rectangular con dos accesos, dividida en tres naves mediante seis columnas helicoidales que sostienen bóvedas de crucería. En el exterior, llaman la atención sus cuatro torres octogonales en las esquinas y los detallados ventanales y esculturas. Figuras como el Ángel de la Mercadería y la Virgen con el Niño decoran los tímpanos de los portales, mientras que representaciones de santos se encuentran en las torres angulares.

Consell de Mallorca

El edificio que hoy alberga el Consell de Mallorca es una de las obras más representativas del neogótico en la Isla. Su construcción empezó en 1882 bajo la dirección de Joaquim Pavia y fue continuada por Joan Guasp en 1885. Originalmente, se levantó sobre la antigua prisión y sirvió como sede de la Diputación Provincial antes de convertirse en la sede del gobierno insular. La fachada se distingue por sus torres octogonales y pilastras decoradas con los escudos de las principales Islas Baleares. En el interior, una majestuosa escalera imperial da acceso a la planta noble, donde destacan vidrieras con alegorías de Menorca, Mallorca, Ibiza y Formentera, así como relieves escultóricos obra de Llorenç Ferrer.

La Seu

Construida entre los siglos XIV y XVI, la Catedral de Mallorca es el principal exponente del gótico en la Isla y un símbolo de la evolución arquitectónica a lo largo de los siglos. Su historia se remonta a 1229, cuando Jaime I ordenó la consagración de la antigua mezquita a la Virgen María e inició la edificación del templo. Entre sus elementos más notables se encuentran el portal del Mirador, con relieves de santos y escenas religiosas, y el portal Mayor, de estilo renacentista, diseñado por Antoni Verger. En su interior, destacan las altas bóvedas de crucería, sostenidas por catorce pilares octogonales, y el impresionante rosetón mayor, uno de los más grandes del gótico europeo. A lo largo de los siglos, la catedral ha sido objeto de numerosas intervenciones, desde los añadidos barrocos del siglo XVIII hasta la reforma de Antoni Gaudí en el siglo XX, que incluyó la reubicación del coro y la instalación de un baldaquino en el altar mayor. En 2007, Miquel Barceló dejó su huella en la capilla del Santísimo con una intervención inspirada en la Eucaristía.

Palacio Real de la Almudaina

Con orígenes que se remontan a la época romana, el Palacio Real de la Almudaina fue la alcazaba de los gobernantes musulmanes de Madina Mayurqa entre los siglos XII y XIII. Su transformación en residencia real se produjo bajo el mandato de Jaime II entre 1305 y 1314, convirtiéndose en un centro de poder para la Corona de Mallorca. A lo largo de los siglos, el palacio ha albergado instituciones como la Audiencia y la residencia del Virrey. En la actualidad, sigue siendo utilizado por la Casa Real para actos oficiales durante el verano. En su interior destaca la capilla de Santa Ana, un templo gótico del siglo XIV que conserva esculturas de Pierre de Guines y los Campredon, además de la imagen de Santa Praxedes, patrona de Mallorca, esculpida por Huguet Barxa en el siglo XV.

Museo de Mallorca

Ubicado en el edificio de Ca la Gran Cristiana, el Museo de Mallorca es un testimonio del pasado insular a través de sus colecciones de arqueología, arte y etnografía. La sede principal del museo se erige sobre antiguos palacios góticos que fueron unificados en el siglo XVII, cuando Miquel Lluís Ballester de Togores recibió el título de conde de Aiamans. En 1971, el edificio fue adquirido por el Estado y cinco años después abrió sus puertas como museo. Su colección permanente, distribuida en tres plantas, ofrece un viaje por la historia de Mallorca, desde la Prehistoria hasta la Edad Contemporánea. Entre sus piezas más destacadas se encuentran mosaicos paleocristianos, un columbario tardorromano, una vasta colección de cerámica histórica y obras de arte gótico y modernista.

Museo Diocesà de Mallorca

Ubicado en el Palacio Episcopal y el antiguo oratorio gótico de Sant Pau, el Museu Diocesà de Mallorca nació por iniciativa del obispo Pere Joan Campins, quien en 1906 encargó al arquitecto Guillem Reynés la reforma de las dependencias del huerto del palacio para albergar un museo. La obra concluyó en 1908 y abrió sus puertas en 1916. En 1998, el obispo Teodor Úbeda impulsó una renovación integral del museo, dirigida por Mn. Llabrés junto al arquitecto Sebastià Gamundí y la museóloga Lídia Homs. Tras años de reformas, reabrió en 2007 y, desde 2013, su gestión está a cargo del Cabildo de la Catedral de Mallorca. El espacio expositivo se organiza en siete secciones que recorren la historia del cristianismo en la Isla, desde sus orígenes hasta el siglo XX. La colección permanente reúne 200 piezas de arqueología, pintura, escultura, cerámica y mobiliario, muchas de ellas procedentes de conventos e iglesias. Entre sus obras más destacadas figuran la pintura de san Jorge de Pere Nisart, la obra de Juan de Joanes y el sepulcro de Jaime II. También cuenta con un área dedicada a Antoni Gaudí y Pere Joan Campins, inaugurada en 2014.

Castillo Bellver

A solo 3 km del centro de Palma el Castillo de Bellver es una de las construcciones más emblemáticas de Mallorca. Mandado edificar entre 1300 y 1311 por el rey Jaime II, fue concebido como residencia real y es uno de los mejores exponentes de la arquitectura gótica fortificada en la Isla. A lo largo de su historia, también sirvió como refugio y prisión.

Su diseño destaca por su planta circular, un caso único en España. Alrededor de su patio central, también circular, se distribuyen las estancias, organizadas en dos niveles: la planta baja, destinada a servicios y almacenes, y la planta noble, donde se ubicaban las habitaciones reales, salas oficiales y la capilla de San Marcos.

Actualmente, la planta baja alberga el Museo de Historia de la Ciudad, con un recorrido desde la Prehistoria hasta el siglo XX. Rodeado por el bosque de Bellver, el castillo se encuentra en un entorno natural de titularidad municipal.