Bodega Barahona, Casa Manolo, de ses Salines cumple 80 años

«Mi padre vino de Jaén a Mallorca para hacer la mili y aquí conoció a mi madre y tuvieron dos hijos, Pepita -mi hermana- y yo», comenta Manolo Barahona, segunda generación de aquella pequeña bodega que servía vino a granel, vermuts, anís, etc y que poco a poco se convirtió en Casa Manolo. «Mi madre, al pasar la pescadera por delante le compraba calamares, boquerones y otro tipo de pescado para servir tapas», «pero de manera paralela, mi padre -comenta Manolo- también se ocupaba de cobros y seguros médicos que le dejó mi abuelo materno, Bartolomé, y que de niños, mi hermana y yo también le ayudábamos al salir del colegio», añade.

Aquella bodega, rápidamente se convirtió en destino de parejas para ir a tomar tapas y vinos. Manolo, joven avispado, durante la mili estuvo conviviendo en Palma, con su tío quien tenía la bodega de La Rambla, donde las tapas y variats eran los protagonistas. A los tres años de conocerse, Manolo y Margarita se casaron. Tuvieron tres hijos: Apolonia, Juan y Margarita. «Llevamos 53 felices años de casados y tres hijos maravillosos que actualmente llevan el negocio familiar».

Antes de dedicarse exclusivamente al restaurante, Manolo trabajó de albañil durante 15 años. «De hecho, muchas casas de la zona las hice yo. Me gustaba mucho». Margarita siempre se ocupó de la cocina y pasó sus conocimientos a su hijo Juan, quien estudió mecánica y para piloto comercial.

Él es quien mantiene dos de los platos más queridos e internacionalmente conocidos por su fiel y variopinta clientela, como el calamar de potera y el arroz de notari, así como una gran variedad de propuestas culinarias, donde el producto local y el pescado fresco de la lonja, predominan. La deliciosa carta de postre está diseñada por su esposa, la presentadora de televisión Vanessa H. Rado, quien también lleva la administración. En sala podemos ver a Apolonia, quien desde niña también siguió los pasos de sus padres, aunque al principio estudió para azafata de congresos. Margarita, la más joven, se inclinó por dedicarse a la docencia y «me encanta la decoración. En la última ampliación pude poner mi granito de arena», comenta. Sin embargo, su esposo, Biel, dejó su puesto de comercial en Codorníu para incorporarse al restaurante, que actualmente cuenta con una envidiable y selecta carta de vinos.

«Estoy muy orgulloso del trabajo que están realizando. Margarita y yo nos apartamos en 2017 y lo llevan muy bien». Sin embargo, Manolo Barahona lleva en la sangre pasar a diario a ver cómo van las cosas.

El emblemático restaurante Bodega Barahona Casa Manolo cumple 80 años y pese a tener varios soles de Guía Repsol y reconocimientos, para la familia, «el mejor premio es la fidelidad de los clientes, que pasan de generación en generación». Es un lugar en el que disfrutan a manteles desde residentes a turistas, famosos actores, deportistas, cantantes o miembros de la Casa Real española. Y es que en Casa Manolo se come como reyes.