«Lamento mucho el cierre de Es Refugi, referente del mundo de la marginación»

Santandreu, cofundador con Gaspar Aguiló de este albergue, recuerda lo que este significó para los sin techo

Jaume Santandreu, desde Can Gazà, no acaba de entender el cierre de Es Refugi. | Foto: Click

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Jaume Santandreu, pese a los años, sigue al pie del cañón. Y desde hace unos días, sorprendido por el cierre de Es Refugi, institución que crearon hace años el sacerdote Gaspar Aguiló y él.
«Ha cerrado, lo cual es una lástima, más que nada por lo que ha significado en la lucha contra de la marginación. Yo estoy convencido de que si Gaspar Aguiló no estuviera tan mayor, y Toni Garau no hubiera fallecido, Es Refugi seguiría abierto».

Frente a una taza de café que uno de los residentes de Can Gazà me ha hecho, escucho detenidamente al excura, que lleva toda su vida defendiendo y dando la cara por los marginados.
«Y lo que más pena me da, es que mucha gente confunde Es Refugi con Can Gazà, pues son bastantes los que me preguntan que por qué hemos cerrado, creyendo que somos lo mismo, cuando no lo somos… Aunque las dos entidades –subraya– hemos remado a favor de los marginados».

De ayer a hoy

Del bolsillo del batín se saca una especia de chuleta, en la que observamos que hay datos y fechas, que coloca sobre la mesa.

«Es Refugi se funda en enero de 1993 en un edificio de la calle Apuntadors, en el que había una pensión. Como la gente que vivía en él, unas trescientas, todas marginadas, no gustaban a algunos de los vecinos de la zona, en mayo de ese año nos tiraron una especie de bomba incendiaria, que de no haber sido por la intervención de Jonny Darder, que esa noche estaba de guardia allí, y que sacó a toda la gente a la calle, cargando a sus espaldas a los más impedidos, hubiéramos lamentado algo más que el pánico que originó dicha explosión, que se saldó con diez intoxicados. Un año después dejamos Apuntadors y nos trasladamos a Sa Placeta, sito en los bajos de La Misericòrdia, y de ahí pasamos a El Carrilano –donde hoy está Zaqueo–, un local que nos cedió un familiar de la esposa de tu colega, Pep Roig.

Jonny Darder, portero de noche de Es Refugi cuando estaba en Apuntadors.

Recuerdo que un día al ir a ver cómo era, a poco que puse los pies en él, se hundió el suelo y yo con él, cayendo al sótano, y no matándome de milagro, aunque no me libré de pasar unos días en el hospital a causa de que en la caída me rompí tres costillas. En febrero de 1996, Caritas cierra Can Gazà, excusándose en que no servía para nada. Su propietaria, que siempre estuvo con nosotros, nos devolvió el edificio y, con los correspondientes permisos, lo reabrimos, funcionando como parte de Es Refugi entre 1996 y 2003.

En abril de ese año fundamos la Asociación Can Gazà ICES (Institución Contra la Exclusión Social), colaborando a partir de ahí, aunque de forma independiente, con Es Refugi –presidido por Antoni Garau, que a la vez era el responsable jurídico y económico de la citada asociación– llegando al acuerdo, posteriormente, que los que viven en Es Refugi, y que puedan valerse por sí mismo, que se queden en Ca l’Ardiaca, sede de este, mientras que los que están enfermos, o en la recta final de su vida, pasen a Can Gazà. Y así funcionamos, cada uno por nuestra cuenta, nosotros relacionados con el IMAS, quien nos pasa una pequeña subvención cada año, y Es Refugi, en Ca l’Ardiaca, cuyo edificio es suyo, que alquila al Consell por una importante cantidad de dinero al mes.

En este centro, en un momento determinado, llegaron a vivir 48 personas; ahora vivían 18, la mayoría emigrantes, con capacidad para trabajar, más ocho trabajadores. El Consell hacía una aportación económica que aumentaba con el dinero que se conseguía a través del mercadillo que cada año hacía Marieta Salas a favor de Es Refugi».

¿Qué habrá sido de ellos?

Más adelante, Jaume señala que también en el cierre de Es Refugi «debió influir que Marieta Salas, que llegó a hacer guardias en él, dejó de hacer el mercadillo que hacía en cada Navidad, Gaspar Aguiló se hizo muy mayor, Toni Garau falleció y… Pues que Es Refugi ha cerrado. Y en cuanto a la gente que vivía en él, no sé qué habrá pasado con ella».

Santandreu, Marieta Salas, Gaspar Aguiló y Garau dieron vida a Es Refugi.

Por último, Jaume nos recuerda que Es Refugi fue un referente en el mundo de la marginación, «pues, aparte de acoger a las sin techo, fue la primera institución que dio condones para evitar infecciones y contagios, entre otros del SIDA. También fue pionera en dar jeringuillas a cambio de las usadas –llegaban con una usada, la entregaban y le daban otra, pero nueva–, normalizó la metadona, que hasta entonces estaba prohibida, y que a partir de ahí los médicos la recetaron.

REFUGIO PARA DROGADICTOS. EN SA PLACETA SE ATIENDE A LOS MARGINADOS VICTIMAS DE TOXICOMANIAS.
Fue pionero en repartir condones y en cambiar jeringuillas usadas por nuevas.

Es Refugi, además de recoger gente de la calle, también tenía un médico de forma voluntaria, el doctor Barceló, que los atendía. Y todo eso lo hace hoy Médicos del Mundo, lo que significa que, aparte de pionero, hacía las cosas bien. Por ello, lamento su cierre, a la vez que no me explico, y más cuando cada vez hay más gente viviendo en la calle, que lo hayan permitido».