Juan José Villalonga, con cáncer, nos acerca a esta enfermedad con un libro

Juan José Villalonga durante la charla en la cafetería Blat Madur

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Juan José Villalonga Tous, Villa, de 58 años de edad, trabajó como comercial en Auto-radio Llompart durante 20 años y desde hace 15 como organizador de torneos de golf. Eso sucedió hasta el mes de octubre de 2024, cuando le detectaron un cáncer linfático de Hodgkin, que le afecta a los ganglios. La afección le obliga a recibir sesiones de quimioterapia, concretamente seis sesiones de siete días cada una. Se le dan tras ingresar en el hospital, donde permanece ingresado durante ese tiempo y después regresa a su casa. «Pero, como entre quimio y quimio, me bajan las defensas, tengo que ingresar de nuevo, lo cual se ha traducido en que, desde el pasado mes de octubre a hoy –unos seis meses–, entre una cosa y otra, he estado 105 días ingresado. Y lo peor de todo, que el bajón te da cuando menos te lo esperas».

Hablamos con él la otra mañana en la cafetería Blat Madur, de Palma. Enseguida nos damos cuenta de que es una persona abierta, que habla del cáncer como algo habitual en su vida. Que lo es, al menos desde hace casi un año...

Por lo que vemos, en ingresos hospitalarios, sus cifras van de récord, ¿no?
—Es que no queda más remedio que ingresar, debido a que el bajón que me da después de la quimio tiene que ser controlado.

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Desde el pasado octubre, cuando le detectaron el cáncer, ha estado ingresado 105 días, gran parte de ellos tras las quimioterapias recibidas.

Deducimos que, a causa de eso, usted no puede trabajar...
—Para nada, ya que, físicamente, no estoy en condiciones, puesto que al menor trabajo físico que haga, he de acostarme. Hoy, después de comer, por el simple hecho de salir de casa para venir hasta aquí, para hablar con usted, me tendré que echar media hora o tres cuartos.

Entonces, si no trabaja, no cobra, no gana…
—Exacto. De ahí que tengamos que vivir de lo que gana mi esposa y de los ahorros que tenemos.

¿Y no ha llamado a la puerta del Govern preguntando qué van a hacer con usted, si le van a pagar algo?
—Sí, no me ha quedado más remedio que hacerlo. Porque al no estar jubilado, estoy moviendo papeles a fin de cobrar por algún concepto del Gobierno. Porque si no trabajo, es por fuerza mayor, por enfermedad…

¿Y qué dicen desde las alturas a cuyas puertas ha llamado?
—Pues les he pedido cuatro tipos de ayudas por si me concede alguna. Dichas peticiones han sido la de Dependencia, al Govern, a quien también he pedido la ayuda por minusvalía, además he pedido al SEPE la del paro y al IMAS, que es del Consell, una paga contributiva. Creo que es lo justo para una enfermedad como la mía.

¿Y…?
—Pues que ya han transcurrido cuatro meses y nada. Quiero decir que aún no me han contestado a nada, por lo que entiendo que el proceso irá para largo, ya que, entre otras cosas, un tribunal médico también tendrá que valorar el nivel de mi discapacidad, lo cual, imagino, llevará su tiempo y que Dios dirá. Mientras tanto, y como le he dicho antes, vivimos gracias a la paga de mi mujer, que es muy normalita, y contando con unos pequeños ahorros que tenemos.

Y mientras tanto, ha escrito, un libro o está terminándolo, ¿no?
—Ahí estamos. Es la historia de un enfermo, un libro que contiene entrevistas, fotografías y con publicidad, que si no voy equivocado creo que es la primera vez que eso ocurre.

Imaginamos que en él contará su experiencia como enfermo...
—Sí, la mía y la de otros enfermos. Es un libro de entrevistas, entre las que hay también entrevistas a médicos, a enfermeras, mujeres de limpieza de las clínicas... Les pregunto cómo ven ellos el cáncer. Incluso pregunto a un médico y a una enfermera que lo han superado y que siguen trabajando en Oncología. Es un libro, según reza en su prólogo, que gira en torno al cáncer contado de una forma clara y concisa por pacientes, doctores, sanitarios y familiares. Sí, junto con más de 50 fotografías, alguna de ellas muy dura, los protagonistas desgranan sus experiencias personales y hablan sobre los últimos avances de la enfermedad o de su trato con el paciente. Son personas que, al enfrentarse a estos profundos desafíos emocionales, han logrado fortalecerse y recuperar un poder personal que parecía olvidado, a la vez que desnudan ante ustedes sus recuerdos y vivencias personales.

Un libro en el que cuenta, con testimonios, cómo es el cáncer.

Interesante…
—Creo que sí, que lo es, ya que son personas que o bien han padecido cáncer o bien trabajan cerca de él, por lo cual sus testimonios son muy válidos.

Suponemos que escribir, y más sobre lo que padece, le está viniendo bien, ¿no?
—Sí, ya que mientras tengo ocupada mi mente en la escritura, no pienso en otras cosas, entre ellas el cáncer, mi enfermedad.

Aparte de escribir el libro, ¿tiene tiempo para más cosas?
—Tengo un periódico de papel que gira en torno a todo lo que sea golf, titulado Golf balear, que publico cada seis meses, con una tirada de 1.500 ejemplares, que se venden casi todos, y otro digital, Golf balear digital, que es mensual.

También hizo un programa de radio…
—Pues sí. Era un programa titulado Swing de golf, que emitía a través de Radio Balear, y que tenía su audiencia. En total hice 23 programas de una hora.

¿No es el golf un deporte muy minoritario, muy elitista, un deporte que no está al alcance de todo el mundo?
—Si lo fue, cada vez lo es menos. Hoy, una clase de golf cuesta tanto, incluso menos, que una de pádel. Y en cuanto a los palos... Hoy encuentras equipos de ellos por doscientos euros.

Por último, ¿cuándo cree que le llegará alguna de las ayudas pedidas?
—Pues ya le he dicho, no lo sé. Hace cuatro meses que tramité las cuatro peticiones y a día de hoy ni siquiera me han contestado. Imagino que hay muchas o que su tramitación es complicada. Por ello no me queda más remedio que esperar y tener paciencia.