OBITUARIO

Fallece el histórico jefe de sala de las discotecas Clan y Tito’s Arturo Segade

Desde hacía unos años se había instalado en un pequeño pueblo de Ciudad Real, donde ha muerto a los 78 años

Imagen de archivo de Arturo Segade | Foto: T. AYUGA

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El histórico jefe de sala de las discotecas Clan y Tito’s Arturo Segade ha fallecido este jueves a primera hora de la mañana. Conocido hombre de la noche durante muchos años en Palma, acababa de cumplir 78 años en una pequeña localidad de Ciudad Real en la que se había instalado hace apenas unos años junto a su pareja.

Persona servicial, pero sobre todo amable y discreta, Arturo Segade se caracterizaba más por lo que callaba que por lo que contaba, de ahí que en más de una ocasión le preguntásemos por qué no escribía un libro con sus vivencias y experiencias en la noche vividas desde dentro. Su respuesta siempre fue un no.

Fallece el histórico 'maitre' de las discotecas Clan y Tito’s Arturo Segade

Trabajando en Tito’s tras la etapa de Clan, Arturo conoció a su pareja Óscar. Hace unos años se fue a vivir a una casita que ambos construyeron en una pequeña localidad de Ciudad Real, llamada Cristo del Espíritu Santo, que fue donde había nacido su madre. Desde el pueblo de no muchos más de 200 habitantes, con una iglesia y un bar, al que llaman Kiosko, viajaba periódicamente a Palma para estar con Óscar, y este, también periódicamente -como mínimo un vez al mes- le iba a ver para pasar unos días.

Arturo, aunque en la distancia, seguía queriendo a Palma, pese a lo mal que lo pasó cuando con Jaime Lladó, director de Tito’s, se vieron injustamente involucrados en el Caso Cursach, del que finalmente salieron airosos, como el resto de acusados. «De todos modos -nos contaba este jueves, Jaime Lladó-, él lo pasó muy mal durante mucho tiempo, tanto que al quedar libre de todos los cargos que se nos imputaban, cosa que sucedió antes de que se celebrara el juicio, se marchó de Palma, a vivir a Ciudad Real. Pero… Sí, sin duda fue una gran hombre, muy trabajador y, sobre todo, discreto», explicaba.

Arturo tenía dos perros, Xaloc y Yaco. Con ambos se daba largos paseos por los alrededores de Cristo del Espíritu Santo, algunos de más de cuatro horas, terminando a veces en el Kiosko. Y es que caía muy bien entre los vecinos, tanto que el domingo pasado, cuando cumplió 78 años, había organizado una fiesta, a la que había invitado a todos los residentes. Desgraciadamente, la fiesta no pudo celebrarse, ya que, dos días antes, se le agravó la enfermedad que padecía, por lo tuvo que ser ingresado, muriendo cuatro días después.

Según nos comentó Óscar, hace dos años, Arturo cayó enfermo. «La suya era una enfermedad extraña, que le afectó la médula, pero que no se pudo tratar con quimio…».

Descansa en paz, Arturo.