Por cierto, Jesús nos muestra las cerca de novecientas firmas que otros tantos vecinos del Carrer de Manacor han ido dejando para recordar al Ajuntament que en marzo pasado, en un pleno, todos los grupos, por unanimidad, aprobaron arreglar dicha calle, sobre todo quitar la doble acera, obligar a la SAREB y a las compañías eléctricas y de telefonía a asumir su responsabilidad y, consecuentemente, cumplir con lo dispuesto en el art. 25 y concordantes de la Orden de limpieza, deshechos y residuos sólidos urbanos. Igualmente, piden Zona Azul y mejorar el alumbrado público desde Avenidas hasta Reis Catòlics dado que el que hay es deficiente ¡Ah! Y cuidar mejor las jardineras».

Los niños gitanos
Manuel Alameda, conocido como Mangote, es un gitano de 47 años que reside en Palma. Recientemente, ha sido nombrado vicepresidente del Consejo Nacional de Ancianos Gitanos, organismo que ha impulsado la declaración de este año como el Año del Pueblo Gitano.
Mangote explica que el Consejo está desarrollando un proyecto destinado a fomentar la escolarización de los niños gitanos. «Estamos trabajando en concienciar a los padres sobre la importancia de que sus hijos asistan a la escuela, siempre respetando nuestra cultura. Por ejemplo, no aceptamos clases sobre educación sexual, ya que en nuestra comunidad estas cuestiones se aprenden con el tiempo. Tampoco queremos que se imponga contenido relacionado con el movimiento LGTBI. Respetamos a todos, pero creemos que nuestros hijos deben tomar sus propias decisiones llegando a adultos».

Asimismo, Mangote señala que los niños gitanos no deberían recibir educación religiosa que no sea la de la Iglesia Evangélica de Filadelfia. «Respetamos todas las creencias, pero queremos que nuestros hijos, sobre todo los que pertenezcan a la cita Iglesia Evangélica de Filadelfia, sean instruidos en ella, por ser la nuestra». También rechazan que los menores estudien en colegios donde los baños sean mixtos. «Si estas condiciones no se respetan, no debe extrañar que los niños gitanos no asistan a clase. Y si no lo hacen, tememos que el sistema pueda usarlo como argumento para arrebatarnos a nuestros hijos», concluye.
Al margen del tema de la escolarización de los niños gitanos, Mangote apunta a que «en un futuro no muy lejano, los gitanos, apoyados por los amigos de nuestro pueblo, formemos un partido político con el fin de presentarnos a todas las elecciones. Y es que, si nos unimos, somos muchos. Y todos con un mismo objetivo: respetando todas las culturas, pero haciendo que se respete la nuestra».
Pagó la novatada
El 1 de febrero, Matías Mut, creador del Club del Hielo, participó en el II Campeonato Internacional de Baños de Hielo, celebrado en Sopot, Polonia. «Con una temperatura ambiente de 2 grados, y el agua mínimamente sobrepasando los 0 grados –nos cuenta tras regresar a Palma–, casi 70 participantes, entre hombres y mujeres, entramos en las bañeras con la intención de permanecer el máximo tiempo posible sumergidos hasta el cuello. Mi participación causó bastante expectación, ya que fui el único participante no polaco ni ruso. Es más, el trato que tuvo la organización conmigo fue exquisito, ya que, incluso, pusieron a mi disposición a una simpática traductora».
Naturalmente, como suele suceder en muchos casos, el excesivo buen trato se puede convertir en algo negativo, «pues ser el centro de atención no me ayudó a concentrarme, puesto que llegaron, incluso, a entrevistarme estando metido en el hielo de 20 cm de espesor, lo cual hizo que mi trabajo no fuera el mejor, pues este tipo de inmersiones a tan baja temperatura requieren un 95 % concentración mental, cosa que no puede, por lo cual, y a duras penas, superé la media hora de inmersión. Es una marca que queda lejos de mi récord personal, 1 hora y 7 minutos, lo cual me relegó a las últimas posiciones de la tabla de mi categoría. Por otra parte –añade– las condiciones en si eran brutales, había casi 20 cm de hielo, y yo jamás había practicado con tanto hielo, lo cual también me pasó factura ¡Pues que le vamos a hacer! Aquello, como era prácticamente todo nuevo para mí, pagué la novatada… Aunque lo doy por bueno, pues esa experiencia me servirá para hacerlo mucho mejor el próximo año. Porque pienso volver. Y en cuanto a lo bueno, es que tuve la oportunidad de ver batir el actual récord mundial, que estaba en 6 horas y 1 minuto, y que fue superado en 7 minutos por el polaco Wojciech Pruski. De verdad que fue increíble y a la vez emocionante. Por lo demás, he de señalar la gran profesionalidad de la organización y del equipo médico, y que ya me estoy preparando para mi próximo reto, el cual tendrá lugar en Madrid, en noviembre».
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