El lado bueno de las palomas

Ni se alteraron, pasando de mí

La otra mañana me las encontré, tan tranquilas, contemplando sa Riera, todas sobre una pared a escasos metros del Parc del mismo nombre. Me acerqué a ellas y…¡Pues como si nada! Ni se dignaron mirarme siquiera. Así que nos quedamos un rato allí.

Cuando era pequeño, de lo cual ha llovido mucho, las palomas estaban mucho más y mejor consideradas que ahora, que se ven como animales que transmiten enfermedades que encuban, seguramente, a través de los desperdicios que comen, ya bien porque se los damos nosotros, ya bien porque los comen en la calle, cerca de los contenedores de basura, ¡o vete a saber tú dónde! Lo que pone en evidencia que los desperdicios de hoy son mucho peores que los de antes, dado que las alimentación puede que también esté más adulterada que la de antes.

Noé

Lo cierto es que la paloma no ha sido tan así como es ahora, sino que, incluso, el hombre ha sacado provecho de ella, y no porque se las comiera, sino porque las utilizaba.

Noé, por ejemplo, al día 40 de diluviar, soltó un cuervo que nunca más regresó a su arca. A continuación, soltó una paloma, que regresó, de lo cual dedujo que aun la tierra seguía cubierta por las aguas. Días después soltó otra paloma que  regresó, pero llevando en su pico una hoja. Noé dedujo que las aguas habían reducido su nivel por debajo de la copa de los árboles, lo que significaba que todavía no se podía abandonar el arca, dado que la tierra seguía cubierta por aquellas. Así que dejó pasar unos cuantos días más para soltar una tercera paloma, que emprendió el vuelo, pero que nunca más regresó. Noé tuvo muy claro que si no volvió fue porque encontró un lugar donde vivir.

Este hecho prueba que las palomas fueron útiles al hombre desde la más remota antigüedad.

Colón

También, según la leyenda, una paloma llegó volando a la nao Santa María uno o dos días antes de que Rodrigo de Triana, gritara desde lo alto del palo ¡Tierra!, señalando hacia un lugar indeterminado del horizonte. Decimos leyenda, porque el hecho no se pudo probar, pero a raíz del descubrimiento de América, muchos barcos que navegaron en busca de nuevas tierras por la ruta que abrió Colón, hicieron uso de palomas mensajeras para comunicarse entre unos y otros.

Cher Ami

¿Palomas famosas por esos menesteres? Pues hubo muchas, entre ellas, puede que la que más, Cher Ami, una paloma que – según recuerdo, echando mano de la IA que llevo en el móvil-  en la Primera Guerra Mundial, los soldados norteamericanos del denominado Batallón perdido utilizaron, al haber quedado atrapados por detrás de las líneas alemanas sin suministros y bajo fuego tanto enemigo como amigo, ya que su propia artillería no sabía su ubicación exacta. Cuentan las crónicas de entonces que los soldados intentaron enviar mensajes a través de varias palomas, pero fueron derribadas por los alemanes. Finalmente, enviaron a Cher Ami con un mensaje atado a su pata advirtiéndoles que estaban disparando contra ellos, por lo que les pedían que pararan. Cher Ami logró volar más de 40 kilómetros en solo 25 minutos hasta el cuartel general estadounidense, al que llegó gravemente herida por los disparos de los alemanes: sin un ojo, con una herida en el pecho y con una pata colgando milagrosamente. Pero llegó con el mensaje, lo que hizo que los norteamericanos suspendieran el fuego y mandaran tropas a donde estaba el batallón, al que rescataron. Todo gracias a una paloma, que tras ser atendida por los veterinarios, que no pudieron salvar su pata, pero sí su vida, recibió la medalla Cruz de Guerra por su valentía y que hoy, disecada, puede verse en el Instituto Smithsoniano en Washington, D.C.

Símbolo de la paz

Por último, traigo a colación otra paloma. La de Picasso. La paloma dibujada por el pintor malagueño en 1949, con motivo del Congreso Mundial de la Paz, que intelectuales y políticos organizaron en París, que fueron los que le pidieron que diseñara el cartel. Y Picasso dibujó una paloma blanca, como símbolo de la paz.

Por eso digo, que sí, que las palomas, hoy, transmiten enfermedades, pero tienen también su lado bueno, que hemos de reconocer y no olvidar.