Cecilia Sandberg, en uno de los rincones de su casa en Mallorca. | Esteban Mercer

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Ceci Sandberg ha fallecido este miércoles 1 de enero a los 76 años. Nacida en el seno de una privilegiada familia de Dinamarca, compartía entorno con la familia real de ese país. Desde niña, Maud Cecilia Sandberg hizo de Mallorca su hogar definitivo, un lugar que marcó profundamente su vida y trayectoria. Durante más de 30 años, destacó como una destacada profesional del sector inmobiliario, convirtiéndose en una figura clave en la transformación del mercado local.

Lejos de conformarse con el rol que la sociedad de su época reservaba a una mujer de su privilegiada posición, Sandberg eligió un camino marcado por la independencia y la búsqueda de experiencias únicas. Su vida estuvo repleta de conexiones con figuras destacadas del arte, la empresa y la alta sociedad. Gracias a su intuición, su exquisito gusto y un refinamiento incomparable, se convirtió en una de las principales agentes inmobiliarias de Mallorca, donde realizó operaciones de gran trascendencia y dejó una huella imborrable en su sector.

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Cecilia fue madre de dos hijos durante su relación con el pintor Joaquim Torrents Lladó, a quien apoyó como mentora y ayudó a ingresar en los círculos más selectos del gran mundo. Orgullosa abuela de siete nietos, compartió en los últimos años su vida con el piloto Roberto Fernández, quien fue su compañero de aventuras y apoyo incondicional. Hasta el final de sus días, Cecilia continuó ejerciendo su profesión con la misma pasión, generosidad y entusiasmo que la caracterizaron desde los inicios de su extraordinaria trayectoria.

Hermana de Marianne Sandberg, Cecilia Maud Sandberg mantenía una relación muy cercana con su sobrino, el presentador de Telecinco Joaquín Prat. Durante el penúltimo cumpleaños de Cecilia, celebrado en febrero en Palma, Prat le dedicó emotivas palabras: «Mi madrina, mi tía, es la persona que siempre ha estado a mi lado, además de mi madre, mis hermanas y mi padre, durante muchísimos años. Pero la tía Sesi, como yo le llamo, ha sido siempre la alegría de la huerta, la que siempre iba un paso por delante. Cuántas juergas, cuántas fiestas, cuánto cachondeo... Era quien más sabía de la vida: cuándo poner una sonrisa, cuándo quitarle hierro al asunto, siempre con sabiduría y gracia. Hoy estamos aquí para celebrar la vida de esta señora rubia que siempre ha estado presente en nuestras vidas».