Chocolatada en familia o con amigos para recibir el Año Nuevo

Tras la resaca de Nochevieja, algunos se acercan a tomarse un chocolate con ensaimadas antes de irse a dormir

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Pocas chocolaterías y bares abren por Nochevieja para ofrecer los tradicionales chocolates con ensaimadas. Una tradición que se mantiene más en Nochebuena que en el último día del año. Pese a ello, grupos de amigos y familias encuentran en los emblemáticos locales de Can Joan de s’Aigo, en Palma un lugar donde disfrutar de ese chocolate caliente acompañado de cuartos, coca de patata o ensaimadas, entre otros deliciosos dulces.
Abiertos, pero con una hora de cierre diferente a las jornadas habituales, ya que a las 20 horas, muchos cerraron y el festivo primero de enero no abrieron. Sin embargo ese relevo lo ha cogido algunos bares de barriadas, que ayer a primera hora pusieron la máquina de churros en marcha, y churrerías ambulantes.

Incluso, algunos incapaces de quitarse el pijama y dispuestos a no moverse del sofá, en todo el día, apuestan por hacer una llamada y que el pedido llegue cómodamente a casa.
«Lo bonito es poder venir a estar un rato juntos y hablar con los nietos y los hijos. De pequeño me traían mis padres a Can Joan de s’Aigo y ahora lo hago yo con ellos y con mis hijos», comenta José María Costa.
Los precios no varían en tal ocasión, pero es un servicio que suelen dar las chocolaterías y bares emblemáticos, como el Bar Cristal, en la plaza de España. Cerró en Nochevieja, pero abrió a primera hora de la mañana, de Año Nuevo. «Abrimos a las 06.30 y ya hay gente esperando. Clientes que se les nota que vienen de marcha y antes de meterse en la cama desayunan chocolates con ensaimadas», comenta un empleado.

Otros destinos son las pastelerías y cafeterías que además dan servicio de bar. Susana Martínez, junto a tres amigas más, tienen la sana costumbre de «antes de ir a casa a dormir, pasamos por esta cafetería, compramos el pan y nos tomamos unos bollos con café con leche», comentan.