Catando los vinos del futuro

«Hemos hecho una selección que, a nuestro juicio, constituye una foto fidedigna del actual panorama vinícola mallorquín, con bodegas de diferentes tamaños y regiones», añade Grimalt. El evento congregó a cerca de medio millar de personas divididas en dos sesiones. Por la mañana, el recinto se llenó de restauradores y profesionales del sector, que degustaron nuevas propuestas en una sesión dedicada a ellos. Por la tarde, el evento acogió al público general.

«La experiencia es muy diferente a probar un vino embotellado. Hay que venir con la mente abierta, ya que los sabores pueden ser agresivos. Aquí podemos probar cómo es un caldo cuando justo acaba de pasar de mosto a vino, antes del frío del invierno y la crianza en botella, que estabilizan sus propiedades, ya que el vino está vivo y va evolucionando. Se trata de interpretar la potencialidad del vino crudo y en qué se puede convertir», explica Rafa Lladó, de la bodega Cas Quitxero.

«La idea es increíble. Es una oportunidad para el público de catar cosas que solo probamos los elaboradores», incide Carles Oliver, de Mesquida Mora. «Estos vinos solo tienen tres meses desde la vendimia y les queda un gran camino hasta llegar al consumidor», añade. «La gente está muy interesada y está respondiendo muy bien», asegura.

Unión vinícola

«Para nosotros, supone una oportunidad de entrar en contacto directo con los restauradores», señala Andreu Barceló, de Gallinas & Focas. «Para ellos será muy interesante ver como ha cambiado el vino dentro de dos años. Es como las personas: si me ves dentro de dos años, podrás valorar si he envejecido bien o no», ejemplifica.

«Venimos porque el vino mallorquín es vital en nuestro restaurante», explica Pilar Palou, del restaurante Cuina Vi-vant. «Es la primera feria de vino novel en la Isla y nos parece muy interesante probar vinos en un estadio tan inicial», declara. Por su parte, Evelyn de las Alas, sumiller de Ca na Toneta, presentó el primer vino elaborado por ella y subrayó que «aquí la gente del vino podemos catar vinos en rama, en vez de ir de bodega en bodega a probarlos. Es una oportunidad única para mostrar nuestra cultura vinícola».