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En la playa, en la montaña o en el meollo de la ciudad suena la canción del verano.  Esa canción omnipresente y pegajosa que no te sacas de encima entre abril y octubre porque monopoliza las emisoras de radio y los bafles de los bares, terrazas y discotecas. De hecho, la industria musical ya comenzó a cargar carbón en su maquinaria de difusión para que la canción estallase en plena canícula. No importa el género ni el artista, si la letra es profunda o la melodía armoniosa. Los hits del verano, por lo general, no responden a ninguna lógica. Pero tienden a ser livianos, frescos, coloridos... una especie de encarnación musical de una piña colada que consume gente de todas las condiciones y edades. A unos les empalaga, a otros les fascina. No importa, porque el tema en cuestión suele caer en el olvido hasta que años más tarde el rescate emotivo le devuelve un poco de atención. En estas páginas vamos a evocar hits de ayer, de hoy y de siempre, con una playlist que acompañará todo el verano a gente de distintos perfiles. Conecta los cascos, reclínate sobre la tumbona y a disfrutar...

Podríamos comenzar por los clásicos veraniegos, y que mejor que los Beach Boys para refrescar los oídos; luego bailaremos al compás de Righeira, y al caer el día perseguiremos los secretos inescrutables de la puesta de sol de la mano de Madonna. Y para rematarlo lo mezclamos con hielo picado, le añadimos una rodajita de limón y pulsamos el play al corte más veraniego de The Drums. Comenzamos.

Wouldn't it be nice, The Beach Boys   

No diga playa, diga The Beach Boys. Si existe una banda intrínsecamente ligada al verano y el agua salada son ‘los chicos de la playa', y esta es una de sus canciones más ‘pegajosas', compuesta en 1966 por Brian Wilson. La letra habla de unos enamorados que lamentan ser demasiado jóvenes para casarse, y fantasean con lo agradable que sería formar parte del mundo adulto. Sin comentarios...

Maria Isabel, Los Payos

«Coge tu sombrero y póntelo, vamos a la playa calienta el sol». Seguro que alguien soltará una lagrimita evocando aquel verano del ‘69 regado de sensaciones en el que este tema impuso su dictadura radiofónica.

La isla bonita, Madonna

El paraíso de arena blanca y aguas turquesas al que le cantaba la reina del pop en 1987 es Cayo Ambergris, la isla más grande de Belice. Pocas canciones evocan la playa con una carga de nostalgia tan reconfortante... y bailable.

Vamos a la playa, Righeira

Pasan los años y este temazo del dúo de italo-dance, con su sonido casiotrón algo trasnochado y su asincopada melodía, sigue desprendiendo aroma a calor, olas y chiringuitos.

Mediterráneo, Los Rebeldes

‘Tierra de pasión, ruta de calor y eterno verano al sol'. Para Los Rebeldes eso es el Mediterráneo. Esta canción del ‘88 es la mejor compañera de viaje, porque, a ver: ¿quién puede resistirse al buen rollo que desprende?

Red red wine, UB40

Dicen que los clásicos siempre serán modernos, de modo que este reggae aterciopelado no podía faltar en una lista de temas indispensables para pasar un buen rato en la playa.

Let's go surfin, The Drums

El conjunto neoyorquino firmó hace más de una década uno de los himnos playeros por excelencia. Sobran los comentarios, tan solo pulsa el play y déjate llevar por su ritmo contagioso.

Pumped up kicks, Foster the People

Ardua tarea la de no caer rendido ante el magnetismo que desprende este tema, con su bajo sinuoso y ese estribillo nacido para ser silbado. Pumped up kicks no puede faltar en este setlist playero.

Unforgettable season, Cut Copy

Un tema relativamente reciente y desconocido para el gran público que evoca los momentos estelares que marcan la adolescencia. Huele a tardes en la playa viendo caer el sol; huele a la noche del baile de graduación; huele a ponche de fresa; huele a exultante juventud...

Drunk in L.A., Beach House

Otra joya independiente que invita a colarse en los pasillos vacíos de la escuela secundaria para vivir una noche de borrachera y sueños adolescentes. Tranquilos, este tema hipnótico que pone al oyente en un trance nostálgico sirve también para una soleada jornada de playa. En su dualidad reside su grandeza.