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Roman Hillmann, nacido en Alemania y residente en Mallorca desde hace seis años, es una persona que suele aparecer en cualquier exposición de arte, presentación de libro, santo, cumpleaños, efeméride de lo que sea, celebración, mitin, etc., cosa que podemos ver en bastantes muros de Facebook y en las páginas de sociedad de los diarios.

Personal e intransferible

Además, no pasa desapercibido allá a donde llegue… Que llega casi siempre a todas partes. Pelo casi blanco, largo, a veces suelto, a veces recogido con una cinta, a veces cubierto con un pañuelo a lo pirata, barba, también canosa, con amago de perilla, mirada limpia, en invierno con chaqueta o chaquetón… No usa el móvil para hacer las fotos, sino que las hace con una máquina, y cuando detecta que alguien, y más si es periodista o ‘facebuquero’ conocido, que ha montado un grupo a fotografiar, a poco que conozca a alguien del mismo, se suma él. Y es que, entre otras cosas, nos da la impresión de que quiere que se le conozca, lo cual nos parece muy bien, pues cuanta más gente conoce, que a estas alturas del partido ya es mucha, mejor para él, porque le invitan a otros actos, y mejor para quienes los organizan, porque él, a través de sus redes, los difunde, hace que lleguen a más gente…

Fue niño-periodista

Muchos os preguntaréis que quién es… Pues os lo digo: se llama Roman, vive en Mallorca desde hace seis años, y entre sus misiones está la de difundir actos culturales que tienen lugar en la isla, algunos organizados por él, con el fin de que sus compatriotas alemanes que residen en ella, socialicen con ellos, conozcan algunas de nuestras costumbres a través de la difusión que hace de ellas… Que no son únicamente fiestas, exposiciones, saraos y salseos, sino también actos culturales, festejos populares… Incluso personas y personajes que los promueven, o que forman parte de ellos, o que asisten a ellos… Es más, Roman también organiza fiestas, hace entrevistas en radio Sputnick a gente relacionada con la Cultura, con la farándula, empresarios, etc.

¿Acaso es, dentro de esa diversidad de facetas que le caracteriza, periodista? Pues no. Y eso que siendo niño, y viviendo en Bonn, la excapital de Alemania, un diario del sur del país germano, el Leine Taschen Zeitung, le entregó la credencial de periodista, de colaborador suyo, gracias a la cual pudo estar al lado de grandes personajes del momento, como el mismísimo Willy Brandt, el presidente. «Todo eso duró hasta que mi padre, viendo que flojeaba en los estudios, me dijo que me dejara de jugar a periodista y que me aplicara en la escuela. Y yo le hice caso». Roman es un tipo generoso, que –como veréis– lo que menos le importa es el dinero. «Y soy así –nos dice–, primero porque mi madre estaba enferma, padecía esclerosis múltiple, enfermedad que aunque tengas mucho dinero no se puede curar. Y yo la vi que cada vez estaba peor hasta que murió. Por otra parte, en Bonn, vivíamos en la zona de las embajadas, por lo que me crié rodeado de casi todas las culturas del mundo, lo cual me permitió ver la realidad de este desde diversas perspectivas, lo cual también me ha servido de mucho».

Teatro, televisión y proyectos

Tras abandonar la escuela, Roman inició una vida laboral que le llevó a distintos lugares del mundo. Primero, a los 17 años, fue asistente de director de un teatro, el Kleines Theater Bonn-Bad Godesberg; a los 24 años pasó a la ZDF, o televisión pública, «donde alterné el trabajo con estudios de Coordinación Artística y Política, los cuales me valieron para ser nombrado jefe de producción de esta cadena en Argentina y Brasil, cosa que también acepté. Estuve también en la Olimpiada de Barcelona como asistente de producción de un equipo de televisión alemán en apoyo de TVE. A los 35 años dejé ZDF, y me fui a París…».

Entre otros muchos trabajos que tuvo a partir de ahí, al principio en cadenas de televisión, estuvo en dos campeonatos del mundo de fútbol, luego se pasó al cine y fue jefe de producción    en una película sobre Jane Goodall, la mujer que amaba y defendía a los chimpancés, que rodaron en Tanzania; participó en diversos proyectos de colaboración, teniendo como base el dibujo, entre niños alemanes y niños cubanos, nigerianos, vietnamitas, lo que le obligó a viajar a estos países…

Por qué vino a Mallorca

¿Que cómo llegó a Mallorca, cosa que sucedió hace seis años…? «Pues estando yo en Saint Tropez, con mi moto, conocí a una chica alemana, llamada Nermin Goenenc, de la que me hice amigo. Pero mi trabajo hizo que nos separáramos, y treinta y tres años después me acordé de ella. La busqué en Facebook y vi que estaba en Mallorca. Contacté con ella… Y me vine a la Isla para estar a su lado. Y aquí seguimos. Ella es una excelente cantante… Aunque en los tiempos actuales, con no mucho trabajo, pero vivimos…».

Hace unas semanas nos enteramos de que Roman había encontrado trabajo en una sala de exposiciones. No le pagaban mucho, pero algo cobraba… Hasta que dejó de trabajar. Posteriormente organizó en el Coll d’en Rabassa una gran fiesta cultural, a la que asistió mucha gente. No sabemos cuánto sacó de ella, pero no mucho. Y ayer, en la plaza de la iglesia del Coll y Passeig del Born de Es Molinar, organizó otra, bajo el título ‘¡Exprésate, madre Tierra!’, en la que la música, la poesía, el folklore y el Arte fueron sus atractivos. ¿La intención…? «Reunir a mallorquines y alemanes», dice. Le preguntamos que si se lleva algo por eso. «Una pequeña cantidad de dinero que aportan los sponsors. Pero, como le digo, a Nermin y a mí no nos importa mucho el dinero…».

A veces, ni la voluntad

Hay que destacar que entre los patrocinadores de esta fiesta, que reunió a mogollón de gente, está el Ajuntament de Palma, que solo aportó el escenario y unas cuantas sillas para que se sentara la gente que asistió, lo cual ha gestionado la AAVV. ¿Dinero para Roman…? Ni un céntimo. ¡Jo!, pues así cualquiera organiza eventos sociales, y más no costándote ni un euro. «Ya le digo –apostilla Roman–, lo que menos me mueve es el dinero».

Pues no estaría de más que además de recibir una palmadita en la espalda, eso si la recibe, lograra que valoraran económicamente su esfuerzo. El Ajuntament y cualquiera que recurriera a él. Mientras tanto, él seguirá yendo y viniendo, de evento en evento, unos organizados por él, otros como simple invitado. Casi siempre acompañado por Nermin, que en ocasiones nos deleita con su bonita voz.

La vida, sobre todo de unos años a esta parte, no se lo ha puesto fácil. Sin embargo, él siempre aparece con su máquina, en ocasiones como fotógrafo, en otras como fotógrafo y fotografiado. A veces se queda durante todo el acto, a veces, hace las fotos, posa, y se va a otro evento. Y al día siguiente, echas un vistazo a Facebook, sobre todo, y ves dónde ha estado y con quién ha estado. También, a veces, en los actos contacta con alguien que le interesa y queda con él para hacerle una entrevista en la radio. Por eso, yo, si fuera político de un área que organizara actos,    con mando, no le perdería de vista.