El alcalde José Hila y la regidora Angélica Pastor, ayer, junto a los trabajadores de El Puerto de Marcos.

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Los propietarios de El Puerto de Marcos aseguran que las pescaderías están «en peligro de extinción». María José Rincón y Marcos Carbonell son un matrimonio que ha redoblado su apuesta y ha abierto un nuevo local en el número 56 de la avenida del Cid, en Son Ferriol. El alcalde de Palma, José Hila, y la regidora de Infraestructures i Accessibilitat del Ajuntament, Angélica Pastor, asistieron ayer por la mañana a la inauguración del establecimiento, el más grande de Mallorca, según cuentan sus dueños, que recibieron la visita de numerosos clientes y amigos.

Marcos Carbonell empezó en solitario abriendo una pescadería en Son Cladera en 2011. Un par de años después contrató a su primera empleada, que a día de hoy continúa en la empresa. En 2013 abrió un nuevo establecimiento en Son Ferriol y, un año después, cerró el primero. Competir con los supermercados, que son como tiburones blancos, es cada vez más difícil para las pescaderías de barrio como El Puerto de Marcos. «Nos agarrarnos con uñas y dientes al producto local e intentamos ser más simpáticos que el vecino», explica entre risas el propietario del negocio, que reconoce que no puedes bajar la guardia en ningún momento en una pescadería de barrio.

El propietario, Marcos Carbonell
El propietario, Marcos Carbonell.

El Puerto de Marcos ha cambiado la ubicación porque el local anterior se les quedó pequeño, como una pecera, y la familia de trabajadores ha crecido. «La competencia es muy dura. Las grandes superficies intentan comprar más barato, pero nosotros ofrecemos calidad y servicio a domicilio. Nosotros vamos a por la calidad», dice Marcos. «Pescaderías de barrio quedan muy pocas en Palma», lamenta el matrimonio, que agradeció la visita del alcalde Hila «para apoyar al pequeño comercio». «Vivimos en una Isla con una gran abundancia en pescado», dicen, y eso hay que aprovecharlo.