Luis Alberto Domínguez y Pep Aguilar, dos generaciones de fotógrafos de orquídeas. | Pep Aguilar

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Un buen día de 2007, Luis Alberto Domínguez (1962, León), aficionado a la fotografía de naturaleza desde los años 80, descubrió caminando por el campo una flor que no había visto nunca. «La fotografié y, consultando con amigos, me dijeron que era una orquídea. Me sorprendió mucho, porque no sabía que hubiera este tipo de flores en Mallorca. Desde ese momento, pienso en orquídeas los 365 días del año. Me paso el día leyendo, informándome, consultando con otros fotógrafos y amigos botánicos y biólogos,...», explica.

A Pep Aguilar (1983, Sencelles), aficionado a la fotografía nocturna y de naturaleza, el gusanillo le picó hace dos años, con tan buena suerte que, en una de sus primeras capturas, fotografió una orquídea que todavía no se había documentado en Baleares, la Orphys cf. arachnitiformis, según confirmaron después varios expertos. «Salir a fotografiar orquídeas es muy emocionante, porque tienes que estar muy atento y nunca sabes qué te vas a encontrar: es como ir a buscar setas, solo que no te las llevas a casa, sino que las dejas donde están en pro de la conservación», explica.

Especies en Mallorca

No es para menos, pues se trata de un mundo fascinante. Actualmente, hay 36 especies de orquídeas en Mallorca, que a su vez tienen diferentes subespecies. Cada una de ellas tiene su hábitat, de forma que hay tipos de orquídeas que solo se pueden encontrar en lo alto del Massanella, en la zona de la Tramuntana o en la Albufera, por poner algunos ejemplos. En este sentido, se pueden encontrar orquídeas durante todo el año en la Isla, solo que cada especie puede hallarse en un periodo concreto, en función de sus características y ubicación.

Sea como sea, al hablar de orquídeas silvestres conviene olvidarnos de las que hemos visto en las floristerías. La mayoría de las especies que se pueden encontrar en Mallorca son de un tamaño mucho más reducido y son del tipo terrestre, frente a las altas orquídeas aéreas que hay a la venta para su uso ornamental. Las que florecen de manera natural en el campo son más comunes de lo que pensamos, pero muchas veces nos pasan desapercibidas, e incluso las pisamos sin darnos cuenta. Por este motivo, los fotógrafos de orquídeas no suelen salir en grupo a buscar estas joyas de la naturaleza, sino que prefieren ir solos para evitar aplastarlas sin querer, ya que son muy delicadas. Máxime teniendo en cuenta que algunas especies están en peligro, aunque hay otras que se pueden encontrar con mucha facilidad agudizando un poco la atención. «Cuando vayas por la carretera de Sineu, fíjate en los arcenes: está lleno de ejemplares de una especie de orquídea muy común», aseguran.