En algunos lugares encontraron a varios sin techo que les agradecieron la cena.

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Recordáis la historia que os conté hace algunas semanas, en vísperas de Navidad, referente a tres chavales, hijos de familias con recursos, que decidieron dar sus ahorros a personas necesitadas? Pues esta que os presento hoy, es muy similar. Puede que sus protagonistas, económicamente hablando, no sean tan fuertes como aquellos, pero sí tienen un corazón muy grande pese a que son unos críos.

Los chavales, impresionados

Los tres protagonistas de esta historia, Tete y David Amaya, y Samuel Granado, tienen 10, 8 y 9, años respectivamente, y pertenecen al Club Juan de Ávila, cuya sede está en el Polígono de Llevant, de Palma, siendo su objetivo fomentar y promover el fútbol sala.

Nos cuenta el padre de los dos hermanos, Joaquín Amaya, vicepresidente del citado club, que, regresando una noche a casa, vieron a través de la ventanilla del coche a un sin techo, acurrucado en un portal, envuelto en mantas y cartones, tratando de pasar lo mejor posible la fría noche que se le había echado encima.

«La imagen impresionó a los chavales de tal manera, que preguntaron que por qué esa persona vivía así, sin casa, y si tenían comida y… Bueno, pues que en vista de que carecían de todo, cosa que los críos tuvieron muy claro enseguida, preguntaron si se les podía ayudar de algún modo.    Llevándoles comida, por ejemplo, además de ropa y mantas...».

La pobreza y la soledad

«Les dije que sí, que si nos lo proponemos, les podemos ayudar, tanto llevándoles comida y bebida como ropa. Ellos, enseguida, estuvieron dispuestos a hacerlo… Vamos, es que ni se lo pensaron –apunta el padre–. Por eso hablé con la madre de otro niño, esta le propuso la idea y el chico aceptó encantado, y más sabiendo que iban mis hijos».

Ya decididos a salir en ayuda de los sin techo, se pusieron en marcha. «Lo primero que hicimos fue ir a buscar unos danones, unas botellas con agua, manzanas y otras frutas, y luego, en casa, les enseñé a hacer la sopa con unos menudillos de pollo, que guardamos en unos tapers, que cerramos y metimos en una bolsa térmica a fin de que no se enfriara. Con todo ya dispuesto, nos abrigamos, subimos en el coche, y comenzamos a dar vueltas por los alrededores de la zona en que vivimos hasta la plaza donde está el párking del antiguo bingo Balear.

¿Que con qué nos encontramos? Pues la mayoría de veces nos encontramos con personas solitarias, tumbadas sobre la acera o en algún rincón de la calle, uno a cubierto, otros bajo el cielo, por lo que pensamos que la mendicidad y la miseria suelen ir solas, pocas veces en grupo, porque, como vimos, salvo contados casos, estaban solos… Nos acercamos a esas personas, los niños les ofrecieron sopa, agua, manzanas y un yogurt, y ellos, tras salir de su asombro, les dieron las gracias. Incluso se fotografiaron con ellos. Donde sí encontramos a más de una persona fue en la entrada del párking que hay frente a lo que fue bingo Balear. Allí estaba una mujer, que nos dijo que se llamaba Amparo, con dos hombres, que también les dieron las gracias por tan inesperada cena caliente que les llegaba de pronto, sin esperársela…».

Y ahora resulta que, como otros niños quieren vivir esta experiencia, y sus padres están dispuestos a apoyarla, «seguramente la próxima semana haremos una nueva salida. Sobre todo porque desarrollará su sentido de solidaridad».

Fiesta canaria

Con motivo de la celebración de la Patrona de las Islas Canarias, la Virgen de la Candelaria, este sábado, 4 de febrero, el Hogar Canario en Balears organiza un festejo para socios y amigos, en el local del antiguo Parque de Bomberos cedido a la asociación por la Fundación Asima.

La jornada dará comienzo con las palabras de bienvenida del presidente, José Miguel Martín, y la ponencia sobre la advocación mariana de la religión católica que tiene su origen en Tenerife,    impartida por Soledad González y Amalia Estabén. Seguidamente actuará la parranda del Hogar, Los Fornerguanches&quot, para dar paso a la actuación estelar de la jornada, la reconocida Agrupación Folklórica Sabinosa, fundada en 1931. Dicho grupo actuará    en Palma proveniente de El Hierro, con el patrocinio del Cabildo de Canarias, la colaboración de Asima, y organizado por la Junta del Hogar Canario. Y lo hará sobre un escenario debidamente equipado por Trui Espectacles.

Así, pues, cerca de veinte miembros del Grupo Sabinosa ofrecerán un espectáculo de música y danza que pretende ser un homenaje a la tradición y al folklore que es el reflejo de la historia de los canarios de las siete islas. Ni que decir tiene que, a continuación, un almuerzo de fraternidad unirá voces y recuerdos y algún gesto de añoranza de los canarios que residen en nuestra isla. Pues, ¡feliz fiesta!