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Aunque esta fuese la primera llonguetada sin restricciones desde la pandemia, en esta ocasión la fiesta del colectivo Orgull Llonguet registró una menor acogida que en 2020, cuando tuvo lugar en sábado y llenó algunas calles de Palma, como Oms. Aún así, pese a que no se viesen muchos pañuelos amarillos, los llonguets fueron anoche la cena estrella en Ciutat. Preparando sus estómagos para lo que les queda por digerir en las fiestas patronales, cientos de palmesanos se sumaron a esta iniciativa gastronómica y cultural.

Una parte imprescindible para esta fiesta, previa a la revetla de Sant Sebastià, es la participación de bares y cafeterías: una docena de establecimientos de Palma se sumaron a la iniciativa –frente a la veintena de 2020– ofertando innovadoras recetas del típico panecillo de Ciutat, como los de pulled pork, compota de manzana y salsa barbacoa; hummus con ensalada libanesa; botifarró amb safarnària al horno y alioli de fonoll; o longaniza y queso mahonés. Ahora bien, la Llonguetada no se reduce a comer llonguets. Todos los locales que se sumaron a la iniciativa prepararon distintos espectáculos y actividades culturales.

Bajo el lema No m’inflis el llonguet, la fiesta comenzó a las 18.30 horas cuando, con una puntualidad inglesa, los primeros clientes llegaron al bar Ben Trempat; excepto el bar de Espais Joves, en la calle Nuredduna, donde se empezó con el programa de actividades a las 17 horas, el resto de bares abrieron sus puertas a las 19 horas. En muchos de ellos no tenían ni un segundo de respiro, en otros el ambiente era más calmado, propio de una fría noche de enero.

Por ejemplo, poco después de las 19 horas, en el Bar Mónaco no cabía un alfiler y la cola de clientes que esperaban su llonguet llegaba hasta la puerta del establecimiento, en el barrio de Pere Garau. Otros lograron sobreponerse a las temperaturas y celebraron su llonguetada en el exterior, como la colla de dimonis Trabucats, que montó su propia barra en la calle del Cazador. Otros bares participantes fueron el Café a tres bandas, con José Artero en concierto; el Piccolo Café, con una muestra de la Escola de Ball de l’Assumpció; La Tertúlia, con la música de DJ Aparicio; Sa Caravana, con música verbenera; y Súquia Café, la Tortilleria, Espiral y Esment. Por otro lado, los caparrots que representan al fabioler Pep Toni Rubio y a Miquel del Forn de sa Pelleteria, embajadores de Orgull Llonguet, visitaron los bares participantes en su flamante descapotable.