Rosmery, lleva más de 15 en Mallorca y es como una palmesana más. | Click

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Rosmery Turuimaya es boliviana, de Pocona, localidad perteneciente a la provincia de Cochabamba, con mucha historia inca a sus espaldas. Su apellido es también muy antiguo, de mucho antes de la llegaba de los españoles. Rosmery, a quien conocimos hace unos días en una mesa redonda sobre la inmigración que se celebró en el hotel Arts Magna, vive en Mallorca desde hace 15 años.

Los papeles, lo más difícil

«Llegué a la Isla con mi hermano mayor. Somos siete hermanos, y excepto uno, los demás estamos aquí, a donde hemos ido llegando de forma escalonada. Yo estoy trabajando como ayudante de camarera en el Niki Beach, y en invierno prosigo con mis estudios de grado superior de Imagen personal y corporativa. También quiero retomar el de Diseño y Moda, que dejé. Pero como nunca es tarde…». Rosmery está muy agradecida a una de sus hermanas, «porque hizo que estudiara… En realidad –matiza–- también pagó mis estudios hasta los 16 años».

Como inmigrante que ha sido, tiene la experiencia de que no es fácil, en cuanto a tiempo, conseguir los papeles que la permitan trabajar y residir en la Isla. «Es muy importante tenerlos, ya que si no hay documentación, no hay trabajo. Sin papeles –añade– es como estar en una cápsula sin poder hacer nada. Por ello deberían agilizarse más los trámites para poder conseguirlos, ya que el inmigrante lo que pretende es poder trabajar y residir sin problemas. Por fortuna, ya tengo esa documentación. La conseguí al cumplir los 19 años».

Los objetivos

Sobre la inmigración, Rosmery lo tiene muy claro. Nadie abandona su país y a su familia porque sí. «Las personas que llegamos hasta aquí es con un triple objetivo: mejorar la seguridad, la salud y el trabajo. Y la seguridad, que te da transparencia en todo lo que haces, la consigues a través de los papeles que te dan la legalidad, que además te permite trabajar. Y yo, con todo eso, me siento muy cómoda y aceptada por la gente de aquí, y animada con todas las posibilidades de poder estudiar y progresar».

Rosmery es la actual Reina del Folklore Boliviano en Mallorca, y como tal iba vestida en la noche aludida. «Porque a la vez que estamos trabajando, intentamos trasladar nuestra cultura y tradiciones para compartirlas con la de las personas que nos acogen, eso ayuda a que las personas nos entendamos mejor con la cultura y costumbres de Mallorca. Y una vez que lo conseguimos, nos sentimos como en casa. Y es que la Cultura tiende puentes, derriba barreras…».

El feminismo

A poco que hablas con ella, te das cuenta de que, además de guapa, es una joven culta, que sabe por dónde va y lo que quiere, y que acepta que a veces no es fácil conseguir lo que se pretende.
En cuanto a los valores de la mujer, Rosmery se declara femenina lejos de ideologías marcadas. «Y como femenina, sé también cuáles son mis valores por los que me hago respetar. Y por supuesto, respeto cualquier tendencia, ya que no soy nadie que pueda obligar a los demás a pensar como yo».
Y lo dice convencida de que es así, que no hay que imponer porque sí, y que no hay que someterse también porque sí, lo cual, dado que procede de una latitud en la que el machismo predomina sobre muchas cosas, la honra.

«La idea de que el hombre tenga que ser más fuerte que la mujer, no la comparto –asegura–. Porque la mujer tiene capacidad intelectual suficiente para poder desenvolverse por sí misma sin tener que depender de nadie. Por ello –apostilla–, desde mi punto de vista, el machismo pertenece al pasado. La prueba es que hay madres solteras que gracias a su esfuerzo pueden alcanzar lo que se propongan. Y cada ves son más». Por cierto, felicidades a todos los inmigrantes. Este domingo, 18, es el Día del Inmigrante.

Ahora en tierra firme

La pasada primavera, concretamente el 21 de mayo, al atardecer, el pintor italiano Luca Monzani, afincado hace muchos años en Mallorca, además de buen navegante a vela, presentó en el Port d’Andratx la primera parte de la performance La Gran Estela. Y lo hizo en un velero de regatas con un palmarés repleto de éxitos, el Settebello, cuyas velas fueron pintadas por Luis Maraver, Mariano Mayol, Carol Romero, Juan Segura y él mismo.

Una obra artística dedicada al V Centenario de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, en la que los citados artistas plasmaron algunas de las etapas de esta enorme hazaña. Recordaremos que al evento de presentación frente al mar, en las instalaciones del Club de Vela, asistió numeroso público, entre el que se encontraban caras conocidas del deporte de la vela y de la cultura. Pues bien, antes de Navidad y en un lugar muy significativo de Palma, La Gran Estela se traslada del mar a la tierra, para completar su composición y significado, transmutando su apariencia de una dimensión a otra.

Una segunda parte bella y evocadora, llena de color, y dicho sea metafóricamente, lugar donde las velas pintadas de acuerdo a la interpretación que hace cada uno de los artistas de este singular viaje alrededor del mundo, vendrán a caer sobre la tierra firme como si fueran pétalos de flores para ser contempladas por el público. Habrá que estar atentos a las inspiradoras gestas que nuestra historia manifiesta en nuestra Isla a través del Arte.