José J. Méndez acudió a nuestra cita en un bar de s’Escorxador, donde nos estuvo hablando de su difícil infancia y adolescencia y de los libros que ha escrito. | Click

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Posiblemente, muchos de los usuarios de Serveis Ferroviaris de Mallorca le hayan reconocido al leer esta página. Nos referimos a José J. Méndez, interventor –o revisor de billetes–. Pero, seguramente, apenas conocerán algo de su otra profesión: escritor y editor. Y desde luego, nada, o muy poco, de su vida, nada fácil por cierto, pues a lo largo de ella se ha encontrado con numerosas barricadas que ha sabido superar. De lo contrario no estaría aquí.

Jugando cerca de los trenes

Frente a unos cortados, nos cuenta que su madre había tenido tres hijos de una relación anterior, que le fueron arrebatados, por aquello de que el poderoso puede con el débil y más cuando el machismo imperaba en España.

«Yo nací de otra relación que tuvo mi madre con un hombre casado, por lo que nos quedamos ella y yo sin ninguna ayuda, salvo la que nos llegaba de su trabajo, para lo cual me tenía que dejar al cuidado de una señora. Iba por entonces al colegio de Santa Isabel, y como la vía del tren estaba enfrente, me pasaba muchas horas del día jugando, o bien poniendo piedras en la vía, o bien, con otro amigo, metiéndonos en la vaguada, y cuando sentíamos que venía el tren, nos asomábamos, y el maquinista, al ver nuestras cabezas entre las vía, frenaba…».

Reconoce que estos juegos infantiles cerca de las vías del tren, «puede que tuvieran que ver con que yo trabaje como ferroviario».

Que su madre, enferma y trabajadora, no pudiera atenderle fue la causa de su ingreso en Natzaret «como hijo de madre soltera, lo cual, en aquellos años, tampoco estaba muy bien visto. Allí permanecí del 67 al 75… Fueron años muy duros. Por una parte, porque al encerrarme allí me cortaron la libertad, la imaginación, las ganas de vivir… Y por otra, porque al fin y al cabo aquel lugar no dejaba de ser un correccional donde sucedían cosas que no estaban bien. Y eso que estaba bajo la tutela de la Iglesia. Por eso, siempre he dicho que esta tendría que pedir perdón por lo mucho que muchos de los que pasamos por allí padecimos bajo aquella educación del miedo a la que estábamos sometidos».

Naturalmente, y pese a todo, siempre hay una parte positiva, y en ese lugar la había: era la imprenta, «donde aprendí el oficio de tipógrafo, que al salir, en 1975, año en que murió Franco, traté de sacarle provecho. ¿Que qué me encontré a la salida? Pocas cosas de las que dejé cuando entré. Encontré un mundo un tanto revolucionario, un mundo en transformación, donde la defensa de la Naturaleza era algo que se estaba imponiendo, lo cual me interesó mucho, y a la larga terminó por marcarme».

Objetor de conciencia

Un día le llamaron para hacer el servicio militar «a lo que, rotundamente, me negué. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque no quería que me volvieran a encerrar de nuevo. Por eso me hice objetor de conciencia, castigado con prisión, de la que me libré por los pelos, ya que salió una ley que erradicó esa condena. Así que me puse a trabajar en la imprenta Jorvich, donde trabajaba muy a gusto, dedicando el tiempo libre a la lectura, especialmente a la que tuviera que ver con los fenómenos del Universo y del espiritismo, a la pintura y a escribir. También, por entonces, conocí a Rubén Ávila, quien me introdujo en la radio y en el periodismo, trabajos que alterné con el de diseñador gráfico, que me fui haciendo a base de cursos, y, desde 2008, interventor de los Ferrocarriles de Mallorca, donde sigo. Por cierto, durante un tiempo desempeñé el cargo de director de la revista Es furgó correu, la única revista ferroviaria que se ha editado en Mallorca…».

Sus publicaciones

En la actualidad, José tiene escritos nueve libros y empezados 10 u 11, entre ellos 13 días y una noche, sobre la vuelta que hizo a Mallorca, a pie. Libros que edita a través de NaturalMent, su editorial, en la que edita también los de otros escritores, por lo que, además de escritor, es editor, facetas que trata de compaginar con su trabajo cotidiano, pues sigue siendo interventor del Servei Ferroviari de Mallorca.

A José le conocimos hace unas semanas en el Club de escritores de Mallorca, al que pertenece, y a través de Toni de la Mata, quedamos con él la otra mañana en el bar de s’ Escorxador, a donde acudió con una bolsa de tela que contenía un ejemplar de cada uno de sus libros, excepto del primero, Nazaret, una isla del Mediterráneo, donde cuenta su experiencia en Nazaret, y que solo se puede leer en Internet.

¿Que cuáles son esos libros? Pues del segundo escrito, al último, son: Cristianísimo judío de un xueta pobre, que gira en torno a la vida y obra de Cayetano Martí, defensor de la causa xueta; El Evangelio pobre de Yehoshuah de Nazaret, otra visión sobre la vida de Jesús; Vagabundo del espíritu (basado en propias experiencias); El sueño de un indignado (sobre el Movimiento 15 M); Dos mundos paralelos (situado en el año 72 después de Cristo, cuenta la llegada a Mallorca, desde Galilea, de esclavos y libertos, entre los que se encontraban la mujer de Jesús, Magdalena, y sus dos hijos, Judith y Juan El Evangelista). «A medida que voy investigando sobre este tema –dice– encuentro más paralelismo entre Galilea y Mallorca». Badar el messiniense (en torno a la ruptura del estrecho de Gibraltar que hace que se inunde el Mediterráneo); y Jean Giono en Mallorca (sobre el escritor francés, nacido en 1895, con una obra literaria muy extensa, entre ellas libros que se estudian en las escuelas, y en uno de los cuales habla de Mallorca, a la que llama Les Majorques. El vino a la isla, a retirarse, construyéndose una casa en Son Sardina).

Cómo y dónde conseguirlas

José, que sigue a diario, hasta que se jubile, vigilando que nadie se suba al tren sin el ticket, continuará escribiendo libros –¿hemos dicho que tiene 11 empezados, no?–, sin olvidar su infancia y adolescencia en las que supo enfrentarse a todos los inconvenientes que le plantearon. Y es que si se quiere, se puede superar cualquier barrera, por muy débil que sea uno –¿Por que, qué más débil que un niño al que apartan de su madre?–, y por muy sólidas que sean aquellas. Y es que la vida, por difícil que te lo ponga, siempre tiene una parte positiva.

Volviendo a su publicaciones, puede que se pregunten que dónde pueden conseguirlas. «Podéis hacerlo a través de Bubok, excepto el de Jean Giono en Mallorca, que fue editado en castellano por Círculo Rojo».