Asistentes a la velada navideña a base de paella con cangrejo, junto con los anfitriones, Lolo y Paola, en The Factory Club.

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El laboratorio robótico-cultural que posee Lolo Garner en Son Bugadelles es un lugar acondicionado al trabajo que se realiza en él y, al mismo tiempo, una genial obra de diseño y decoración, donde parece que todo está revuelto, pero ¡qué va! cada cosa está en su sitio, incluso la cocina, el botellero con numerosas botellas en el que encuentras prácticamente todo, la sala donde cenamos o The Factory Club que se convierte en: biblioteca, sala de cine, de proyección de proyectos sobre pantalla gigante, afín de que no se escape ningún detalle, sala de audición de lo último que suena en el universo musical. Y es que el que es genio, y Lolo lo es, convierte en genial su entorno. Porque, además de todo eso, hemos de unir las obras de arte, pinturas y esculturas, que tiene esparcidas por doquier, puesto que Lolo, que sigue trabajando en proyectos turísticos, ha entrado de lleno en el de la cultura, concretamente en el de la escultura y pintura. Todo eso sin olvidar la pesca de altura, que suele practicar en la República Dominicana, a donde viaja en unos días para pasar la Navidad y recibir el Año Nuevo, entre otras cosas porque no le gusta el frío y allí sabe que frío no hace, incluso por estas fechas.

Allí nos reunimos a manteles un grupo de amigos la noche del martes, porque Lolo quería celebrar la cena de Navidad y, de paso, enseñar a un grupo de empresarios chinos cómo se hace una buena paella de cangrejo, contando para ello con la colaboración de Cristina, de La Cocina China, y la poblera Apolonia Socías, empresaria de piscinas, a quien hemos animado a salir tras haber sufrido dos percances personales. Porque la vida hay que vivirla, y más si has superado el problema que, material y sentimentalmente, te mantenía en casa. Por eso hay que salir, y así recuperar las amistades perdidas y buscar nuevas.

Los Príncipes en el Mandarín

Aparte de Cristina, como hemos dicho, acudieron otros empresarios chinos, todos vinculados con la restauración y las tiendas, entre ellos, Añán, abogado y reconocido empresario; Yenng Thung Shing, expropietario del Mandarín, el primer restaurante chino que hubo en Mallorca, y su esposa, Tai Wan Kam, con quien se casó en Hong Kong porque era su vecina, aparte de que es una mujer encantadora, con la que tuvo dos hijos «mallorquines... Pero mallorquines de verdad», recalca el padre muy orgulloso. Luego nos recordó que llegó a Mallorca desde Hong Kong –pues también deja muy claro que es chino de Hong Kong– en 1967, y que al año siguiente ya había abierto el restaurante, entre cuya clientela estuvo el rey Juan Carlos y doña Sofía, aunque como príncipes en las primeras visitas que hicieron al local. Por cierto, la primera fue curiosa. «Pues yo tenía el local cerrado, llamaron los escoltas diciéndome que llegaban los príncipes a cenar y... Pues que lo pusimos todo en marcha, y cenaron. Y como les gustó, repitieron, siendo príncipes y luego siendo reyes».

Por cierto, Lolo le tiene preparada una sorpresa a Yenng: los letreros luminosos que tenía en el restaurante, que al verlos, ¡cómo no! se alegró. «Los tuve que pedir a Hong Kong, por dos razones: porque aparte de mí, por entonces no había chinos en Mallorca, y porque siendo chino de Hong Kong, ¿qué mejor que buscar allí a la persona cualificada para que me los hiciera? Y los hizo bien, eh, porque así están, 55 años después, funcionando como el primer día. Pagué por ellos una cantidad de yuanes equivalentes a 100 euros por cada uno». Nos llama la atención ver debajo del cartel luminoso del Mandarín la imagen de la reina Isabel II en cartón. «La tengo por si me visita algún inglés y quiere saludarla. Aunque esté muerta... ¡Es inmortal!», dice Lolo.

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Detrás de la reina Isabel II (de cartón), Lolo y Yenng, el letrero luminoso que este tenía en su restaurante Mandarín, que compró en Hong Kong.
Lolo, de chef, entre sus ayudantes, Cristina, china, y Apolonia, ‘poblera’.

Exposición de pintores chinos

Había más chinos, entre ellos Zhu Feng Shun, tía de Cristina, de La Cocina China; el cocinero de Gran China, Luan Lin y su esposa, Guo Long Mei, camarera de dicho establecimiento; Ling Du, de 36 años, que aseguró estar jubilado «pero –añadió– busco trabajo»; y Ye Wen Min, dueño del King Wok, quien nos avanzó que está organizando para febrero una concentración de pintores chinos que viven en Mallorca a fin de que den a conocer sus obras. Hay que decir que a la cena asistieron el fotógrafo José Hernández, que trabaja para Palma Pictures, y Celia Velasco, que ya anda metida en un nuevo libro sobre un tema de mucha actualidad. Hay que destacar la valiosa labor, como anfitriona, de Paola, mujer de Lolo, además de diseñadora. Pues feliz Navidad a todos y que Lolo y su esposa la disfruten en la República Dominicana.