Un momento en que María le graba para hacer el vídeo que subirá a las plataformas digitales.

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Paseando la otra tarde por el Baluard del Príncep, escuchamos a lo lejos una voz varonil entonando una canción, acompañada a la guitarra. Tras localizarla, nos acercamos al lugar. Estaban –pues eran dos: él, cantando, y ella, con el móvil, inmortalizando el momento– casi enfrente del Hotel Príncep, en cuya terraza superior una pareja contemplaba la puesta de sol, desde ahí arriba, nos la imaginamos, maravillosa. Él dijo llamarse César, «soy suecoiraní; sueco por parte de madre –nos aclaró–, e iraní por mi padre. Y ella es María, nacida en Moldavia».

Luego nos contó que es profesor de Economía y Derecho para los alumnos de la escuela sueca de Palma, enseñanzas que antes de venir a Mallorca, de lo cual hace dos años, impartía en una escuela de Gotemburgo, y que al margen de la enseñanza se dedica a la música, como cantautor, con el nombre de César M, lo cual verificamos a nada que nos metimos en Internet donde tiene colgadas algunas de sus canciones.

La ha compuesto en Palma

El motivo de estar en Mallorca desde hace dos años no es otro que el de conocer mundo y, de paso, aprender el idioma. «Aquí me he encontrado con gente abierta, desde luego más abierta que nosotros, los suecos, y también muy amable. Y también con un importante patrimonio cultural, y por supuesto con un clima que tampoco tiene nada que ver con el de mi país».

¿Que qué estaban haciendo allí, él, en camisa y con pantalón corto, cantando, y ella grabando el momento…? Nos contó que acababa de componer una canción, Justice for all, inspirada en lo que está sucediendo ahora mismo en Irán, donde la mujer, con muy poco derechos, es perseguida, lo cual ha dado lugar a una revolución… «Aunque también –señaló–, esta canción recuerda que por encima de razas y religiones, está la persona, que debe de ser respetada en cualquier lugar, cosa que no sucede en el país de mi padre, o en Ucrania, por poner otro ejemplo».

César, que desde Palma sigue el conflicto desatado en Irán a raíz del asesinato de Mahsa Amini, espera que «pese a que la situación hoy está aún muy complicada, se va a resolver. Es cuestión de tiempo, pero estoy convencido de que habrá solución, y esta llegará para que todos tengamos los mismos derechos».

Y esa es la propuesta que hace a través de Justice for all, canción que ha compuesto en Palma con la mirada y el corazón puestos en Irán y en otros países donde las libertades no están repartidas por igual, y que la otra tarde, casi con la puesta de sol como testigo, cantaba sentado en el muro del remozado baluarte, acompañándose con la guitarra, dejando que María hiciera el vídeo que, una vez tratado debidamente, colgará en las plataformas digitales, de lo cual, en su momento, informaré.

Es bueno pasear

El hecho de pasear por lugares de nuestra ciudad conlleva, aparte de amarla más, tanto por las bellezas que tiene, como por la dejadez que a veces uno encuentra a su paso, encontrase con situaciones como esta: un joven profesor sueco de Economía y Derecho, que se ha venido a vivir a Palma para conocer una nueva cultura, que a la vez es cantautor, y se deja grabar por una joven moldava, también residente en la Isla, el vídeo de una canción compuesta por él, inspirada en la tragedia que supone la injusticia y la desigualdad ante la intolerancia, y que universalizará a nada que la meta en las redes sociales. Y si, además, eso tiene lugar frente a una puesta de sol maravillosa como telón de fondo… ¡Pues bienvenido sea el paseo!   

Gustavo

Hoy, viernes, se inaugura la Galería de Arte-Club de Música El Cid. Lo encontraréis donde antes estuvo El Harlem. El local lo ha cogido un alemán, Kiefer, que es un enamorado del Arte, además de coleccionista de obras, siendo su intención convertirlo en un centro de música, en el que el jazz tendrá un lugar especial, arte y gastronomía. Si como club de jazz abre hoy, como galería echará a andar mañana, a medio día, entre las 12.00 y las 14.00 de la tarde, con una exposición del pintor Gustavo, buen amigo del propietario de El Cid, que sigue trabajando con la ilusión del primer día, pero que seguro que nos sorprenderá con sus obras.