Visita del grupo a las Cuevas de Artà en homenaje al clásico ‘Viaje al centro de la Tierra’, de Julio Verne.

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Qué hubiera pasado si la Revolución Industrial se hubiera desarrollado tecnológicamente de forma que antes de la Primera Guerra Mundial ya se hubieran obtenido cohetes espaciales, armas láser o coches voladores gracias a la máquina de vapor. Esta es la pregunta a la que responde, a fuerza de imaginación e ingenio, el Steampunk, un movimiento cultural y artístico basado en la literatura fantástica de autores de la época victoriana como Julio Verne y H.G. Wells.

La fuerza del vapor

Así, en el universo ucrónico del Steampunk, forjado a lo largo de los años por diferentes autores de literatura, cómic, cine y videojuegos, el ser humano, gracias a la fuerza del vapor (’steam’ en inglés), logra llevar a cabo grandes gestas antes de su tiempo histórico natural, como llegar a la luna en 1884 o conquistar el universo bajo el reinado de Victoria de Inglaterra. Con el tiempo, esta corriente literaria, artística y narrativa, se va convirtiendo en una corriente estética muy vinculada al cosplay y que vive actualmente una época de expansión y auge en países de todo el mundo.

La época que recrean sus seguidores abarca desde 1862, inicio de la Guerra Civil estadounidense, hasta 1912, fecha del hundimiento del Titanic. Aunque el movimiento hunde sus raíces en la obra de Verne y Wells, el término ‘steampunk’ aparece en la década de 1982 para dar nombre al subgénero literario surgido como contrapunto al ‘ciberpunk’ y que no tardó en llegar a las pantallas en películas como Wild wild west (1999) o Regreso al futuro III (1990), popularizándose y generando en todo el mundo una legión de fans de esta peculiar estética retrofuturista.

Grupo en Mallorca

En Mallorca, hay una agrupación estable de ‘steampunkers’ fundada hace dos décadas por María Rosa Sureda, Patrick González y Elena Pérez y que actualmente cuenta con unos cuarenta miembros activos y 260 inscritos en su página de Facebook. «Yo venía del mundo de la recreación histórica, que es muy rigurosa y exacta, y el ‘steampunk’ me pareció un derroche de imaginación, romanticismo, estética y diversión, por su mezcla de ciencia ficción con historia», señala Elena Pérez.

Los miembros de la agrupación participan regularmente, ataviados bajo esta particular estética, en todo tipo de encuentros, ferias y eventos, como el Frikijor de Llucmajor, donde se vistieron de Men in Black del siglo XIX, o en la Muestra de Modelismo y Radio Control, donde pusieron a disposición de los visitantes una serie de juegos con tecnología y estética victorianas, como un duelo de té consistente en que dos contendientes mojan una galleta en una taza de té y después la sostienen verticalmente para ver cuál se rompe primero.

Asimismo, organizan sus propios encuentros para lucir sus cosplay, desde picnics a excursiones o incluso torneos de minigolf y otras actividades, como una reciente visita a las Cuevas de Artà en homenaje al clásico Viaje al centro de la Tierra de Verne. «Para la creación de los trajes, priorizamos el hacerlos nosotros mismos, ya sea diseñándolos y cosiéndolos nosotros mismos o reciclando ropa de segunda mano, añadiéndole elementos y transformándola para darle un nuevo uso. Es un trabajo mágico e imaginativo que muchas veces realizamos reuniéndonos en un taller para echarnos una mano mutuamente», destaca Pérez.