Toby en la Serra de Tramuntana, uno de sus lugares favoritos. | Toby Vicente

TW
2

Se llama Toby Vicente, guía turístico de profesión, y aunque nació en Eivissa en 1970, su acento desvela que viene de familia inglesa. «Mis padres llegaron a Eivissa en la época hippy, allí me tuvieron, y es mi lugar de residencia, pero también he crecido durante muchos años en Inglaterra». Este apasionado empresario y aventurero acaba de finalizar su gira por Mallorca caminando en sentido contrario a las agujas del reloj. «He andado unos 600 kilómetros en 28 días, durmiendo 15 noches al aire libre y el resto en refugios y hoteles. Ha sido un reto muy duro y creo que soy la primera persona en caminar a lo largo de toda la costa, no sólo de Mallorca, también de Menorca, Eivissa y Formentera».

Toby tuvo primero la idea de recorrer el litoral de Ibiza acompañado de su perro. «Eso fue en 2010. Decidí tomarme unos días de descanso, pues en mi trabajo siempre estoy rodeado de gente, y desconectar un poco». El día antes de salir, Toby decidió guardar el dinero que había previsto para sus gastos y quedarse sólo con un euro en el bolsillo. «Tardé 11 días en recorrer 250 kilómetros. Dormía al aire libre y comía de lo que me daban en algunos bares o casas. Pasé sólo tres días sin comer y lo más difícil fue conseguir agua. Aquella experiencia me ayudó mucho en mi interior. Por cierto, al final del viaje seguía teniendo el euro en el bolsillo».

Tras Eivissa se planteó caminar bordeando la isla de Formentera. «Era algo más sencillo por la distancia, tan solo fueron 80 kilómetros y lo pude realizar en tres días, aunque el tiempo no era ningún impedimento, así que me propuse realizarlo sin comer nada». Toby sólo se alimentó ese tiempo a base de infusiones, hirviendo agua y poniendo hierbas de pinos, romero, etc., que se encontraba a lo largo del camino.

Toby en Cala Magraner.

En 2018, Toby, ya casado y padre de dos hijos, decidió continuar dedicando sus días de vacaciones, al finalizar la temporada turística, a caminar, esa vez por el litoral de Menorca. «Fueron 200 kilómetros. Descubrí senderos fantásticos como el Camí de Cavalls, y pude realizar el recorrido en seis días, durmiendo en hoteles y comiendo en restaurantes». El mayor de los retos fue plantearse Mallorca, reto que acaba de completar, pero esta vez con un presupuesto de 2.000 euros, para comer y dormir, y algo más de tiempo, casi cuatro semanas.

La Isla grande, en plan vegano

Cuando se lo dijo a su mujer, no lo dudó. «Aunque ella no me acompaña, ya que estos viajes los hago para estar solo, en esta ocasión sí viajó para estar conmigo tres días y celebrar nuestro decimoctavo aniversario de boda». El reto para Toby, además de bordear la costa de Mallorca caminando en sentido contrario a las agujas del reloj, era hacerse vegano. «Desde el primer momento que pisé la Isla no he ingerido nada de productos alimenticios de origen animal. Es difícil ser vegano, en Mallorca hay zonas en las que la gente y restaurantes no saben qué es ser vegano».

Sus primeros obstáculos fueron «las vallas que hay por la zona desde Cala Blava hasta Cala Pí. Muchas casas al borde del mar, incluso me encontré con que había tramos privados, junto al mar». Desde Pollença a Formentor tuvo que hacerlo en bicicleta. «Llegué hasta el faro de Formentor en bicicleta y es muy peligroso por la gran cantidad de coches, camiones y autocares que hay en la carretera». En su mochila cargaba con tres camisetas básicas, dos pantalones, tres pares de calcetines, una zapatillas, un botiquín y algunas chocolatinas, además de un pequeño infiernillo de gas. Ha pasado quince noches bajo las estrellas y el resto durmiendo en albergues, refugios y hostales, recorriendo aproximadamente 26 kilómetros al día.

JA18102022001 (1).jpg
Toby Vicente finalizó esta semana en la Plaça de Cort su particular vuelta a Mallorca caminando.

La ruta más complicada, y a la vez más bella, ha sido para él la Serra de Tramuntana. «Me pillaron las fuertes lluvias y noches frías, estuve a punto de abandonar, pero todo ello es parte de esta gran aventura con la que regreso a casa cansado pero a la vez cargado de buena energía».