Imagen de la visita de la comitiva docente al CEIP Bartomeu Pou de Algaida. | Conselleria de Educación

TW
0

La robótica como herramienta pedagógica. Esta es la filosofía del programa RobotIB, de la conselleria d’Educació, que nació en 2016 como un proyecto personal de Yolanda Martínez, por entonces profesora en el IES Antoni Maura. Seis años después ha llegado ya a 64 centros de Secundaria de Balears y a otros 83 de Primaria. Sin duda, todo un éxito. Se trata de un programa pionero que introduce la robótica tanto en el área de tecnología como en trabajo por proyectos, y ha llamado la atención de docentes de centros educativos de Finlandia e Italia. Este mes una comitiva internacional ha visitado el CEIP Bartomeu Pou de Algaida para conocer su funcionamiento y las mejoras que ha traído a las aulas. El objetivo de la visita pasa por conocer el funcionamiento de los talleres para adaptarlos posteriormente a sus escuelas.

«Nuestra intención inicial consistía en fomentar el interés por la ciencia y la tecnología entre nuestros alumnos del IES Antoni Maura. También introducir el pensamiento computacional y que actuara como herramienta transversal a la hora de trabajar las diferentes áreas de la enseñanza», recuerda la fundadora del proyecto, Yolanda Martínez, ahora directora del IBSTEAM, acrónimo de Illes Balears Science, Technology, Engineering, Arts and Maths, entidad que tiene la misión de impulsar el aprendizaje digital en los centros educativos de Balears.

«Debo confesar que nunca pensamos que los talleres de robótica llegarían a expandirse a más del 90 por ciento de los centros de Educación Secundaria, como sucede ahora. Eso sí, el recibimiento por parte de los alumnos durante la prueba piloto fue brutal. Venían motivadísimos a clase», recuerda Yolanda Martínez. Así, el programa, que se impartía en un principio de segundo a cuarto de la ESO, se fue ampliando paulatinamente hasta el Bachillerato y, posteriormente, a todo Primaria, con material adaptado a la edad y necesidades de los nuevos ‘científicos’.

En este sentido, Yolanda Martínez apunta que los talleres de robótica «potencian la creatividad» de los alumnos; consiguen despertarles la «curiosidad» por las cosas, planteándoles problemas y soluciones; y favorecen la «estructura lógica del pensamiento pasando del paso A al B, y de este al C». Tampoco olvida un objetivo importantísimo, hacer atractiva la tecnología a las alumnas para que se interesaran por los estudios superiores de ingeniería y lograr así la ansiada reducción de la brecha de género en las carreras científicas. Lo están logrando.

«Con la robótica en Primaria y Secundaria, ya tenemos más chicas en el Bachillerato Científico. De hecho, a bote pronto, recuerdo varias exalumnas, de cuando pusimos en marcha los talleres los primeros años, que ahora estudian Arquitectura, otra se ha trasladado a Madrid para estudiar Ingeniería Industrial y dos más cursan el grado en Ingeniería Informática en la UIB», señala la ahora responsable del IBSTEAM.