Asentamiento frente al cementerio de Palma, en el que cada vez hay más casetas.

TW
20

El exrestaurador Víctor Sánchez Valle, metido ahora a aspirante a político de la mano del PLIE, nos envía fotografías y un vídeo del asentamiento de inmigrantes que hay en sa Riera, cerca del cementerio. Asentamiento que empezó con una chabola pero que, de un tiempo a esta parte, ha crecido que no vean… Ha crecido tanto que está tomando forma de ‘urbanización sa Riera’. Pues helo ahí. Ni este tramo de Palma merece esta ‘urbanización’, ni quienes la habitan, vivir (?) en ella, sino que lo suyo sería facilitarles una vivienda digna. Mientras tanto, ahí siguen, siendo cada vez más, obligando a que el poblado crezca, lo que pone en entredicho la frase del alcalde Hila, la de que «Palma es una ciudad de Champions». ¿Por qué no se pasa una tarde a charlar con quienes habitan la zona para, al menos, escucharlos, y entre todos procurarles unas viviendas más habitables que esas. Sería lo lógico, ¿no?.

En la cárcel vieja

Por cierto, y hablando de ‘Palma de Champions’, días atrás nos dimos una vuelta por la vieja prisión de Palma, sita en la carretera de Sóller, cada vez más desvencijada, pero en la que siguen viviendo varias familias, algunas no muy jóvenes, que si permanecen ahí, algunos desde hace años, es porque los medios de que disponen son insuficientes para alquilar una habitación digna. De ahí que tengan que vivir en la mayor de las indignidades. Y viven en las que fueron antiguamente viviendas de los funcionarios, que han tenido que limpiar y desinfectar, y en las que viven sin luz, ni agua. Y al decir sin agua, es sin agua, pues la iban a buscar a una fuente que está en la otra parte de la carretera, pero como han cambiado la fuente de toda la vida por otra de diseño, ya no les cabe la garrafa que llevaban para abastecerse.

Tres habitantes de la vieja cárcel rodeados de basura por todas partes.

Por otra parte, lamentan también que ONG que antes se acercaban a darles algo de comida, «ya no vienen por aquí, por lo que tenemos que buscar la comida por donde podamos, en comedores sociales o en las llamadas ‘colas del hambre’». Pero lo peor de todo es la cantidad de porquería que los rodea. Verlos entre ella...    Pues de verdad que es inhumano. ¡Ni que fueran animales! Basuras mal olientes amontonadas, ratas como conejos correteando por todas partes… Seguro que la ‘UEFA ciudadana’ sancionaría a Palma.

Foco de infección

Si mal no recordamos, durante la pandemia pedimos a Emaya que dejara en la puerta bolsas grandes, para que ellos las llenaran de basura, que depositarían en el mismo lugar, a fin de que los camiones pasaran, las cargaran en ellos, y se las llevaran, con lo cual el lugar, sanitariamente, saldría ganando. Sobre todo quienes viven en él… Pues ha sido en vano, porque ni caso, ya que no llegaron las bolsas, por lo que los montones de basura son cada vez más y más grandes. Y las ratas más gordas. Por eso volvemos a insistir ahora. Por dignidad, que Emaya deje las bolsas de basura en la puerta de la vieja prisión, que los que viven en ella las llenarán. Y que les pongan también unos contenedores en la puerta, para que la arrojen en su interior.    Y luego, ¡a ver qué hacemos con estas personas! Porque vivir ahí... Bueno, vivir ahí es vivir en un foco de infección permanente… Y tampoco es cuestión de echarlas, sino de buscarles un cobijo, que quien manda y ordena en esta plaza quisiera para sus familiares.

La calle Nuredduna

Para terminar, dos cositas más: El domingo por la tarde nos dimos una vuelta por la calle Nuredduna, de Palma. Posiblemente la calle más cara de la ciudad en cuanto a su remodelación. Y si el otro día descubrimos a un sin techo echándose una siestecita en uno de sus jardincitos, y a otros dos bebiéndose sendas litronas sentados en un banco, junto a los restos de una pizza que había quedado en la caja, esta vez nos han llamado la atención dos cosas: que la calle sigue sin carril bici, y que en ella falta también el vial para invidentes. Y si insistimos en la necesidad de solucionar dichas carencias es, primero, porque así se evitarán atropellos, ya que ahora los ciclistas y los del patinete van por donde quieren, pues no hay nada que les indique que circulen por una franja concreta señalada sobre la acera, como las hay en otras zonas, sino todo lo contrario, porque a falta de ese carril bici, van por donde les place.

Por otra parte, no hay derecho a que el invidente tenga que jugarse el físico cada vez que pase por esa vía peatonal –igual que por la de Sant Miquel, Olmos, Blanquerna…–, donde, a quien corresponda, se le ha olvidado, sobre todo, el vial de los invidentes, gracias al cual estos pueden caminar más tranquilamente, primero, porque el vial, en el que apoyan el bastón, los guía, y segundo, porque el vial advierte al viandante, ciclista y a los de los patinetes eléctricos, que esa es zona de invidentes, por tanto hay que respetar a quienes caminen por ella. ¿Qué tiene alguna duda al respecto? Pues que consulten con la ONCE, donde se la aclararán. ¡Ah, bueno... ¿Cuándo en la parada de bicis del Bici Palma habrá tandems para invidentes? Porque muchos de ellos van en bici con un guía. Mientras tanto, vamos a ver cuánto tardan en colocar ambas señalizaciones. Que no son un    capricho, sino una necesidad... Por lo cual, nos tememos que Palma todavía dista mucho de ser una ‘ciudad Champions’ como dice el alcalde que es.