Pese a la censura de la dictadura, Jimmy se transformaba en mujer.

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El próximo miércoles 12 de octubre, en el Auditorium de Palma, se rendirá un homenaje a Jimmy, transformista en tiempos de la dictadura y de la democracia. «Porque cuando Franco murió, yo estaba trabajando en Tiffanys con El ocaso de las virtudes, estrenada en junio de 1975, y que estaría siete meses en cartel –recuerda, dando cuenta de su desayuno en la terraza del Cristal–. Y jamás tuve problemas, y eso que la censura era muy férrea. Pero es que nunca me pasé, nunca dije algo que pudiera ofender a nadie y, si solté algún taco, fue porque estaba en el guion, o porque me salió espontáneamente. Y si iba vestido de mujer era porque el papel lo requería. Y como transformista que era, y que soy, me vestía de mujer».

Alternando con El Ocaso de las virtudes, también en el Tiffanys, en 1976 presentó Cristóbal Colon y señora, antes del Descubrimiento, Mata Hari y los coroneles, Todavía quedan plumas en el gallinero, Cuentos infantiles, Críticas de la televisión, etc. «Y, en diciembre de ese año, fui contratado por Pepe Tous y Sara Montiel para el espectáculo protagonizado por esta, Increíble Sara, que estrenamos en el Teatro Argensola, de Zaragoza, yéndonos luego de gira por Valencia, Barcelona, Alicante o Murcia, terminando en el Teatro Alcázar, de Madrid». Jimmy, con otras de sus obras, como Crazy Melody, presentada en Jack el Negro, estuvo, durante catorce meses en Es Fogueró, que alternó, haciendo doblete, en el Euro Broadway de Joan Miró, para pasar más adelante al Rancho de Cala d’Or, donde estuvo muchos meses más.

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Jimmy en sus mocedades, cuando alternaba la peluquería con el escenario.

Larga carrera

De la lista interminable de trabajos que realizó a lo largo de su dilatada carrera, de más de medio siglo, extraemos otros éxitos, como el que consiguió con el estreno, para café-teatro, de Todos los gatos son pardos, escrita por Martín Garrido, o como el que obtuvo con el Hollywood Dancers, un ballet creado, con cinco componentes, para la Sala Broadway, o con el estreno de la obra El carro de heno o el inventor de la guillotina, de Camilo José Cela, que tuvo lugar en el Teatre Principal de Palma… Y en cuanto al cine –porque también intervino en películas–, recordaremos algunas en las que participó: Ensaimadas con diamantes, con Mary Sampere, Luis Escobar o Conrado Sanmartín; Proceso a ETA, con Pedro Ruiz, Martín Garrido y Manel Macià; Súper agentes en Mallorca, con las Hermanas Valverde y Conrado Sanmartín… A ello añadamos a las divas en cuya piel se metió, como Monserrat Caballé, para cantar Barcelona, o Celia Gámez, Mary Sampere, Mae West o Divine… Que esas son otras historias a añadir a su ya dilatado currículo. Sí, porque hablar, aunque solo sea resumiendo, sobre lo hecho en teatro por Jimmy, ¡que ha sido tanto!, sería tener que dedicarle, como mínimo, medio periódico, lo cual no es posible. Por eso –por su carrera– nos parece muy bien que, con la colaboración del Ajuntament de Palma, se celebre en el Auditorium este homenaje a una vida dedicada por entero a entretener y a divertir a los demás. Una vida, sin duda, espectacular.

Porque, además de artista, Jimmy –Jaime Horrach, nacido en el barrio de Santa Catalina–fue peluquero, teniendo entre sus clientas a Sara Montiel; a la madre de Cristin Kaufmann, mujer de Toni Curtis; a Miss Naciones Unidas, a la que peinó cuando disputó la final que se celebró en Palma; a Maruja García Nicolau, que fue la madrina de su peluquería… «Un trabajo, el de peluquero, que alterné con El Desván, bar y punto de encuentro, que estaba cerca de Abraxas». Pero él, lo que realmente quiso ser siempre fue artista, y como se sentía muy bien en el papel de mujer, se transformó en ella. «Y como toda la vida fui muy respetuoso durante mis actuaciones y, además, siempre tuve mi carnet de artista, el que daban los Sindicatos Verticales, así como la correspondiente licencia, que renovaba puntualmente… ¡Pues ni un problema tuve!». Jimmy, que sigue trabajando, cada vez que echa la vista atrás «veo que antes la gente salía a divertirse. Hoy, en cambio, sale a divertirse... emborrachándose».

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Jimmy, hoy. Pese a los años transcurridos desde la primera vez que pisó un escenario, sigue en activo, y sin intención de dejar de hacerlo mientras tenga salud.

El sentido común

Otra de las virtudes que ha tenido Jimmy es que, políticamente hablando, se considera muy fiel al partido del sentido común, «lo cual ha permitido que siempre me haya podido sentir libre, junto a grandes amigos y a una gran familia que piensan como yo». Jamás sufrió bullying, tal vez porque siempre supo estar en el lugar adecuado, «cosa que conseguí no queriendo ser el primero, pero tampoco el último, sino que opté por la discreción. Y por supuesto que hice la mili. La hice en Aviación, en Son Sant Joan. Y la hice como policía militar. Entre otros puntos, controlaba el puerto por si algún soldado intentaba embarcarse sin permiso. Como no los conocía, me fijaba en los de pelo corto, pues todos los soldados lo llevábamos así…».

Pues eso: que le quiten lo 'bailao' a Jimmy. Pionero en transformismo y cabaret, lo cual para un hombre, sobre todo en los tiempos de la dictadura, no era fácil. Aparte, Jimmy –que también diseña ropa y pinta– ha creado y dejado escuela. Por tanto, este homenaje que se le hace es justo y necesario, pues a quien haya destacado en algo, y para bien, es justo que se lo reconozcan.
Esa noche, Jimmy no estará solo en el escenario, sino que le acompañarán otros artistas que le admiran y le quieren. Además, en agradecimiento a Palma y a su gente, Jimmy cantará un tema que le ha compuesto Víctor Guerrero y que tiene que ver con Ciutat y sus habitantes. Pues que sea por muchos años más, amigo.