Juan Luis Bozada, Gabriel Pericás (subalterno) y Rafel Arrom, en la plaza de toros de Inca. | M. À. Cañellas -

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Este domingo, en el marco de las fiestas del Blanquer y para festejar el 112 aniversario de su coso, Inca acoge    la ‘Gran Novillada de la Oportunidad’, a las 18 horas, en la que seis novilleros mallorquines se enfrentarán a otros tantos novillos de la ganadería El Onsañero, de Son Ferriol, propiedad de los hermanos Ángel y Sergió Galdón. De este modo, esta novillada sin picadores reúne a avezados novilleros y debutantes, que ofrecerán al público «un toreo serio, íntegro y honesto», según el presidente de la Federación Taurina Balear, Juan A. Malondra, que el pasado mes presentó el cartel, compuesto por Rafel Arrom, Juan Luis Bozada, Antoni Fluxà, Mariano Aguiló, Juan de Palma y Francisco Martín, que irán bien acompañados por sus cuadrillas.

Ilusión y compromiso

«Será una tarde muy bonita y especial, abrimos la plaza después de mucho tiempo. Encaro la novillada con mucha ilusión y responsabilidad. Empezar en el toreo en 2022 es duro, complicado y exigente por las fuertes presiones con gran influencia política y social, pero con amor y pasión todo se puede lograr», afirma Toni Fluxà, inquer de 24 años, que el domingo debutará en casa. Por su parte, también de Inca, Juan Luis Bozadas debutó de luces en 2001. «Es un sueño volver a la plaza de mi pueblo, me ilusiona más tener la oportunidad de torear aquí que en una plaza de mayor renombre», declara Bozada. El tercer novillero de Inca es Rafel Arrom, de 17 años. «Si hace un año me dicen que, por primera vez, voy a vestirme de luces en Inca, con compañeros y animales de mi tierra, no me lo creo. Es un sueño. En mi casa nunca han sido de toros, fue algo que salió de mí, empecé a entrenar con 15 años. Mi maestra, Conchi Ríos, me ayuda mucho, con ella salgo a la Península», dice el joven novillero.

«De la plaza no salgo andando, eso seguro; o por la enfermería o por la puerta grande.    Les deseo mucha suerte a mis compañeros y ojalá triunfemos todos», declara Francisco Martín, de 34 años y con 35 novilladas a sus espaldas, que, aunque no renuncia a su sueño de ser una figura del toreo, considera que «hay que ser realista, la situación actual en el mundo del toreo es complicada por el recorte de novilladas y los antitaurinos y, como es natural, en la Isla tienes menos oportunidades que en la Península», afirma el novillero de Cala Major.

Tradición

Otro de los novilleros debutantes es el joven Juan de Palma, de 20 años. «Este es mi debut en público. Toda la vida se han visto toros en casa, mi padre fue novillero con caballos. A mi me entró el gusanillo con 14 años y siempre he tenido a mi maestro Manolo de los Reyes, como un abuelo para mí. Esta novillada es una declaración de que quiero ser torero y la afronto con mucha responsabilidad: en tu tierra siempre te tienes que exigir un poco más. Me siento en un buen momento toreando: me veo bien técnicamente y entiendo más a los animales», afirma el debutante, afincado en s’ Arenal.

Mariano Aguiló, de Llucmajor, tiene 45 años y debutó con 38 en Inca. «Con la ley de Protección Animal del 95 todo se detuvo y, a los que nos pilló en aquella época, nos paró. El ganado es noble, creo que el público va a disfrutar. El encastre es bueno, no se puede asegurar que salgan todos buenísimos, pero en los once años que he estado allí picando solo me he encontrado dos novillos malos», afirma Aguiló.