Los jóvenes disfrutaron juntos de la película ‘42 segundos’, en la que comprendieron el valor del esfuerzo y la disciplina. | Pere Bota

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El próximo mes arranca la Liga Balear de waterpolo. Recién empezada la pretemporada, con el fin de pasar un buen rato juntos y estrechar lazos, los jugadores de las diferentes categorías de CampusEsport reservaron este miércoles una sala de cine en Ocimax para disfrutar de 42 segundos, un filme que cuenta la apasionante y dramática historia de la selección española de waterpolo en Barcelona 92. «Muchos sueñan con alcanzar los Juegos; esa generación olímpica era un caos, pero con trabajo fueron campeones. Los niños conocieron ejemplos a seguir», afirma el entrenador y coordinador de waterpolo de CampusEsport, Joan Francesc Lladó, quien asegura que, en los últimos años, el deporte ha crecido mucho en Balears, en buena parte gracias a los triunfos de la Selección nacional, femenina y también masculina.

En la temporada pasada, Balears contaba con seis clubes, cinco de la Isla y uno de Eivissa; 454 jugadores estaban federados, 333 hombres y 121 mujeres. «Los clubes hacen grandes esfuerzos para dar el salto a la categoría nacional y el trabajo en categorías inferiores es primordial para crecer. Además, el desarrollo de un programa de seguimiento y tecnificación deportiva, inexistente en la comunidad, es fundamental», dice la presidenta de la Federació Balear de Natació, Nuria Perea.

A pesar del crecimiento de estos últimos años, de la presencia de dos clubes de la Isla, el Ciutat de Palma y el Mallorca Waterpolo, en categoría nacional, este exigente deporte sigue siendo minoritario: cuesta captar a los más pequeños, que continúan con un déficit competitivo en comparación a los equipos peninsulares. «Si nosotros jugamos doce partidos al año, en Catalunya pueden disputar ochenta», cuenta Lladó que, para paliar la situación, participa en torneos fuera de la Isla y organiza encuentros amistosos.

Los jugadores de CampusEsport entrenan en las instalaciones de la UIB.

Aún así, muchos niños se enamoran de este deporte desde pequeños. «Desde que empecé a jugar hace una década, ha crecido mucho. En este club éramos 17, y ahora casi llegamos a 90. El deporte femenino también ha mejorado mucho. Ahora juego y entre no, me gusta tener responsabilidad con los que empiezan», dice Andrea Guardiola, de 20 años. «Empecé con la natación, pero una amiga me lo recomendó y me gustó el juego en equipo y la intensidad», afirma Lucia Gaete, de 13 años.

«Este es un deporte de mucha adrenalina, refrescante, ideal para quien le guste estar en el agua. Acabas cansado, pero es muy satisfactorio», dice Rober Pons, de 10 años. Aina Vidal, también alevín, cuenta que le encanta el deporte en equipo, y mejor en el agua, aunque le gustaría que fuese más conocido: «Cuando cuento que juego a waterpolo, o lo desconocen, o me preguntan si hago pie en la piscina», cuenta entre risas.