Beatriz Roche Cisneros posa durante la entrevista en Palma. | Esteban Mercer

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Pertenece a una de las familias más conocidas de la sociedad y sin embargo siempre ha optado por un perfil bajo, discreto. Desarrolla una carrera cuando menos sorprendente, que nace de unos dones que adquirió de sus antepasados y que Beatriz Roche Cisneros, lejos de esconder, ha querido dar a conocer a través de dos libros y alguna charla amistosa. Hoy se abre en una entrevista que no dejará a nadie indiferente siempre y cuando se lea desde el respeto. Beatriz no es muy amiga de la popularidad, ha sido educada en la discreción, la misma que practica su madre, Marión Cisneros, una de las personalidades más queridas de la sociedad internacional, habitual de los veranos mallorquines.

¿Cómo la presento?
– Soy escritora de metafísica y fotógrafa. La metafísica engloba todo aquello que no vemos, pero sentimos, quizás abstracto, lo que es palpable pero no se ve. Tengo la suerte de sentir y ver cosas que la mayoría de la gente no ve, o no quiere ver porque son muchos los que tienen ese don y sin embargo prefieren obviarlo, por miedo fundamentalmente. La ley de atracción es muy importante. Lo que somos o creemos que somos siempre se refleja en nuestro exterior.

Miedo a lo desconocido… ¿Estamos hablando del más allá?
– Hablamos de entes que por lo general son buenos, energías, almas que se unen en el más allá formando consciencias con una energía afín. Son grupos de almas y están muy cerca de nosotros y están en todos lados. Yo canalizo a través de Dharma, que es quien me guía. Su función es dar a conocer a la gente que es la metafísica, la ley de atracción y otros conceptos.

¿Cómo descubrió este don?
– Quizás esto sea lo más interesante. Desde que era muy pequeña sentía y veía cosas que no veían los demás. Yo observaba, pero hablaba poco del tema, al darme cuenta de que no se percibía como ‘normal’ por la sociedad. Siendo adulta y a raíz de mi divorcio entré en shock, en realidad me escapé a otra dimensión, pero la gente pensaba que estaba deprimida. Yelitza, una de mis mejores amigas, fue la que me ayudó a entender que no era depresión lo que sufría y me enseñó cómo manejarme en ese otro mundo. En ese momento me guio en cómo mover objetos, ver las auras de las personas, hacer viajes astrales, en fin, a no sentir miedo y sobre todo a saber que no estaba loca. Me enseñó a aceptarme. Fue muy sanador. Ella también afirmó que yo era un canal, fue la que me puso en contacto con Dharma.

¿Quién es Dharma?
– Mi amiga murió hace 6 años pero desde el otro lugar no paraba de repetir ese nombre. Ese nombre me llevó a mi ordenador y comenzó una canalización tan increíble que acabó en mi segundo libro, My Youniverse According to Dharma. Dharma es un ente muy elevado, no físico, formado por un grupo de consciencias. Nunca ha estado en la tierra. Es con quien más hablo cuando abro las puertas de la comunicación. Es un sistema que he adquirido con práctica para así mantener el equilibrio entre este mundo y el otro. Aun así no es solo Dharma pero también personas que han pasado a la otra dimensión que también quieren comunicarse. Ellos aparecen cuando uno menos los espera queriendo dar mensajes a sus seres queridos que han dejado atrás. A veces estos mensajes son difíciles de transmitir a otros, es un tema delicado de llevar. Piensa que yo también he tenido que aprender y comprender. Y lo he hecho de una manera consciente y poco a poco.

¿Se ha preparado de alguna manera?
– Desde muy niña veía a entes de otra dimensión y entre ellos a mi abuelo paterno ya fallecido, ahora de adulta ya solo escucho y siento. Tuve la gran suerte de crecer con una biblioteca llena de libros sobre estos temas, y en mi casa no era tabú. Igualmente, yo sé bien cómo compartimentar. Estoy muy agradecida con este don que ha marcado mi vida, pero también es cierto que no hablo del tema si no siento que la persona receptora está abierta a entender desde el respeto. Habrá gente que pensará que soy excéntrica o quizás algo loca. Pero para mí es una misión de vida y así ayudo, aunque sea un poquito, a expandir consciencias. También aprecio mucho el apoyo de toda mi familia y amigos cercanos. Y tengo la gran suerte de tener a mis hijos de fans, y yo lo soy de ellos.

¿Cómo se indaga en algo tan poco tangible?
– Es importante quererse incondicionalmente y trabajar los miedos, porque tienen el poder de paralizarnos y no dejar que avancemos. Hay que hacer una introspectiva honesta, reconocerlos y limpiarlos para así seguir creciendo y expandiendo. Ser valiente y atreverse, es muy importante. Ahora estamos en un momento muy importante para sanar.

¿A qué se refiere?
– En el mundo ahora mismo estamos en un proceso de un despertar colectivo enorme, aunque parezca que hay caos es todo lo contrario. En este mundo dual es lo que más nos propulsa a crecer.

Desde sus conocimientos, ¿qué es lo más importante?
– Obtener consciencia sobre sí mismo. Aceptarse y quererse incondicionalmente. En ese amor propio la magia y los milagros aparecen. Tener fe, creer y confiar. Ser valiente y osar ser libre. Aunque la tierra sea una escuela para aprender tómalo todo con gratitud y alegría. Esto es lo que más ayudará a tu nivel vibratorio. Somos energía y como sea nuestra frecuencia afectará todo nuestro entorno. En nuestro corazón están todas las respuestas así que mantenlo abierto. Sé feliz y contagia al mundo de esta felicidad. Contagia al mundo con ese sentimiento.