Los medicamentos han de guardarse en un lugar seco y fresco. | R.S.

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En verano es imprescindible extremar las precauciones para conservar los medicamentos en buen estado. Ante climas cada vez más calurosos, los riesgos de que pierdan su eficacia son mayores si se guardan en lugares inapropiados. En este sentido, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) establece los siguientes parámetros para la conservación en relación a la temperatura a la que se exponen:

  • Entre 2ºC y 8ºC: existen algunos medicamentos que, como indican en su propia etiqueta, deben de conservarse a esa temperatura y, por tanto, en la nevera. Se trata de especialidades farmacéuticas como la insulina, las hormonas de crecimiento, las vacunas o los antibióticos. Ello se debe a que de exponerse a temperaturas más altas corren el riesgo de descomponerse y perder su eficacia.
  • Entre 25ºC y 35ºC: el resto de medicamentos deben de conservarse en temperatura ambiente, en un ambiente fresco y seco, sin luz directa del sol. Algunos los guardan en el baño o en la cocina, aunque no se recomienda, debido a la elevada humedad. Lo mejor: guardarlos en un cajón o rincón de un armario. ¿Qué ocurre si se superan los 35ºC? Por lo general, nada. En los laboratorios se comprueba que el producto puede alcanzar los 40ºC de forma sostenida durante semanas sin perjuicios en su eficacia.
  • Atención a su forma y caducidad: presta siempre atención a la forma de algunos medicamentos, pues se pueden deformar y perder validez, como supositorios o cremas (demasiado líquidas). En ese caso, no los utilices.
  • Nunca en el coche: es importante no dejar ningún medicamento en el vehículo, pues las temperaturas dentro pueden ser muy elevadas y acabar por corromperlos.