Los niños aprovechan la merienda para controlarse el azúcar antes de realizar las actividades correspondientes. | Pilar Pellicer

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Los niños diabéticos tenían marcada esta semana en sus calendarios por el tradicional campamento de verano. En la Colònia de Sant Jordi, la Casa de Colonias Sant Francesc d’Assís acoge desde el pasado domingo hasta este jueves un campamento de educación diabetológica para niños y jóvenes que sufren la patología, organizado por la Asociación de personas con Diabetes de las Illes Balears (Adiba).

El campamento, que celebra su 41ª edición, tiene el objetivo de mejorar la autonomía de estos niños y desarrollar aspectos fundamentales como la responsabilidad y su capacidad para gestionar la diabetes. «Solo por verlos así de felices ya vale la pena hacer estas actividades», expresó Cati Taberner, presidenta de Adiba, quien aseguró que la mayoría de niños repiten cada año una experiencia que les beneficia en su crecimiento y les permite crear nuevas amistades.

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Patricia Gómez visitó el campamento y compartió algunas actividades con los niños.

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Un grupo de participantes posa con las camisetas que pintaron durante uno de los talleres.

Diversión bajo control

Para estos campamentos, la asociación dispone de un amplio equipo de profesionales sanitarios que incluye endocrinos, pediatras, enfermeros, psicólogos, dietistas y nutricionistas. «Los niños están en un gran ambiente, esta es una forma de prevenir problemas», aseguró Patricia Gómez, consellera de Salut i Consum, que visitó este martes por la mañana el campamento y compartió distintas actividades con todos los participantes.

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Los monitores, durante una de las charlas.

Durante los cinco días que están reunidos en la Colònia de Sant Jordi, niños y niñas realizan actividades lúdico-formativas que combinan la diversión y el deporte con el aprendizaje de aspectos útiles para su día a día, como el uso del material para diabéticos, el control de las dosis de insulina o la alimentación. «Buscamos que los niños cojan autonomía y se acostumbren a lidiar con la enfermedad fuera de casa», comentó Álex Luis, director de monitores de la empresa Temps Lliure Projectes Socioeducatius i Esportius, que es la encargada del grupo de monitores del campamento. «A veces aprendemos de ellos mucho más de lo que nos pensamos», indicó una de las doctoras del campamento. Para las familias, estos días también son de desconexión de la rutina, ya que deben estar pendientes en todo momento de la salud de sus hijos. «Estos campamentos sirven para que niños y familias recarguen pilas», destacó Gabriel Ginard, secretario de Adiba. En ese sentido, añadió que «entre todos se ayudan para mejorar su calidad de vida en la medida de lo posible».