Imagen de recurso de una planta de aloe vera. | Pixabay

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El beneficio más conocido del aloe vera quizá sea como aftersun, pero lo cierto es que tiene muchísimas otras funcionalidades. Puede servir para quemaduras y heridas abiertas, por su acción antiséptica; granos; acné o irritaciones después de depilarse. Además de hidratar la piel, también se puede ingerir. El aloe vera contiene magnesio, cromo, minerales y aminoácidos. Sus propiedades antioxidantes, depurativas y laxantes convierten la crema en todo un producto estrella que tener en casa.

Hacerlo en casa es muy fácil. Para la receta más básica solo necesitas una planta de aloe vera y una batidora. Hay otras versiones, que incluyen a la mezcla aceites esenciales o aceite de almendras, pero en este artículo te traemos la más básica, a partir de la cual puedes hacer tus propias recetas. En cuanto a la planta, es importante que tenga dos años de antigüedad, pues es lo que tarda para desarrollar su principio activo. Lo primero es cortar unas tres hojas de la planta con un cuchillo fino. Lo mejor es que utilices las más antiguas, es decir, las del exterior. Déjalas en remojo en un bol o una taza durante 24 horas. Cambia el agua entre una y cinco veces para que expulsen la aloína (una sustancia que puede resultar tóxica). Pasa las hojas por el grifo y sécalas, para pelarlas mejor.

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Con un cuchillo que corte bien, quita las espinas dorsales, intentando quitar lo menos posible, para aprovechar el gel que tiene en su interior. Después, pela solo una superficie de las hojas como si fuera una fruta (trata, del mismo modo, no desperdiciar gel, cortando a ras). Con una cuchara, quita el gel que ha quedado adherido en la corteza restante. Bate el líquido con la batidora unos segundos y guárdalo en un recipiente. La crema está lista para usar.

La parte mala de esta receta tan fácil y sencilla es que solo dura tres días. A partir del tercero se empieza a oxidar y pierde propiedades. Un truco es congelar la crema en pequeños cubitos. De este modo dura meses y meses. En caso de heridas o quemaduras, puedes aplicar el hielo por la zona. Esparcirá la crema y el frío ayudará también al alivio. Incluso puedes usar los cubitos de aloe para refrescar bebidas, aportándoles un sabor gustoso. Si, por contra, lo encuentras demasiado frío, puedes dejarlo descongelar en una taza hasta obtener de nuevo la crema.