Imagen de recurso. | Pixabay

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En muchos hogares se deja puesta la lavadora o el lavavajillas antes de acostarse. Sin embargo, es una pésima idea que puede acarrear serios riesgos. Y es que una simple secadora puede llegar a provocar un incendio, que puede llegar a tener serias consecuencias en el caso de que no estemos en casa o estemos durmiendo.

Debido a fallos eléctricos o de instalación, suelen producirse cortocircuitos o sobrecalentamientos en los aparatos electrodomésticos. Son muchos los incendios provocados por este tipo de causas, que se saldan con numerosos daños materiales y personales -por inhalación de humo, en la mayoría de casos-. Un informe en Reino Unido cifra en 3.700 los incendios por sobrecalentamiento de electrodomésticos en 2013, un tercio de ellos, por lavadoras y secadoras. La razón es simple: si dejamos encendida la lavadora, el lavavajillas u otro electrodoméstico funcionando toda la noche, al estar dormidos, no nos percatamos de posibles fallos y estos pueden acabar prendiéndose fuego.

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Del mismo modo que a todos nos parece peligroso salir de casa con la plancha o el fogón del gas encendidos, dejar en funcionamiento por la noche -cuando estamos ausentes, en cierto modo- los electrodomésticos, es igual de peligroso. Y nunca debería hacerse.

Lo más común es que el origen del fuego se deba a una sobrecarga eléctrica. Esto provoca un sobrecalentamiento en el aparato, que, posteriormente, acaba prendiendo fuego. Para prevenir este tipo de episodios, obviamente, no es preciso quedarnos sentados frente a la lavadora vigilando. Sin embargo, sí que conviene estar en casa para detectar cuanto antes si surge algún problema.