Rahma y Safae Zekri, Yassin y Yosra Charaul y Naimma Zammou poco antes de romper el ayuno en el ‘iftar’. | Pere Bergas

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Tras el ocaso, este pasado sábado la comunidad musulmana de la Isla se reunió en familia para celebrar el iftar, la comida nocturna con la que rompen el ayuno diario en el mes del Ramadán, uno de los cinco pilares fundamentales del islam y que conmemora la primera revelación del Corán al profeta Mahoma. Este mes sagrado, el noveno del calendario lunar islámico, en el que los practicantes no pueden comer, beber, ni mantener relaciones sexuales desde el alba hasta que se pone el sol, comenzó ayer y llegará a su fin el próximo 2 de mayo con el Eid al-Fitr, la fiesta de la ruptura del ayuno.

La vicepresidenta de la asociación Dones Àrabs, Safae Zekri, nos abre las puertas de su hogar para mostrar algunas de las recetas típicas. Es costumbre romper el ayuno con dátiles, rellenos de nueces y cubiertos de semillas de sésamo, y agua; aportan energía y asientan el estómago de cara a la cena. Otro plato que no puede faltar es la harira, nutritiva y sabrosa sopa de fideos, carne, verduras y legumbres.

Como acompañamiento preparan sh’bakía, una masa frita en aceite y bañada en miel caliente, y también breuats, pastelitos de hojaldre en forma triangular, rellenos de almendra o carne y verduras. Estos dulces se preparan una semana antes del Ramadán. También se bebe zumo de fruta y verduras, además de té de hierbabuena, que cuenta con su propio acompañamiento.

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«El Ramadán es un mes muy espiritual. Nos olvidamos de todo lo que pasa en el mundo y aprovechamos para rezar, pedir perdón y conectar con Dios. También, al final del mes, es costumbre regalar algo a los niños, como ropa nueva, y los maridos tienen un detalle con sus mujeres», explica Naima Zammou, presidenta de Dones Àrabs.

Antes del amanecer y la oración del fajr, primera de las cinco oraciones diarias, celebran la comida matinal de suhur, más ligera que la cena, en la que también comen dátiles o fruta, que acompañan de leche y agua. Algunos aprovechan las sobras del iftar.