Imagen de una de las nuevas habitaciones. | the Pomposo Creative Team

TW
0

Castillo Hotel Son Vida, a Luxury Collection hotel, ha presentado la renovación que el estudio de interiorismo Goddard Littlefair ha realizado en sus 100 habitaciones que ofrecen vistas a la bahía de Palma, actualizando su diseño para combinar una estética local y relajada con el carácter histórico de la propiedad. El resto de las habitaciones, con vistas a los jardines de la propiedad, ya fueron renovadas en el año 2017, y el hotel se convirtió en 'solo para adultos' el verano pasado.

Además, el Castillo Hotel Son Vida Spa también fue renovado a finales de 2018, con más de 900 m2 dedicados al bienestar, piscina cubierta con amplias vistas al exterior, un gimnasio, una amplia zona de aguas, saunas y de relajación y cuatro luminosas cabinas de tratamiento.

Los diseñadores han adaptado su propuesta de renovación de las nuevas estancias a la arquitectura, la ubicación y el espíritu del hotel, creando una narrativa alrededor de su historia como refugio de lujo discreto de la élite que elegía Mallorca para disfrutar de sus vacaciones. Esas personalidades del mundo del arte, la cultura y la aristocracia que buscaban el enclave perfecto para relajarse durante el día que precedía a las intensas noches de la isla, evocaban un glamour nostálgico que ha quedado impreso en todas las estancias. La vida isleña y las tradiciones mallorquinas han tenido también un papel muy importante en el nuevo diseño, con claras referencias a las telas tejidas a mano en los muebles y la elección de los motivos y patrones tradicionales que inspiraron la selección de textiles y los diseños de las alfombras.

El Castillo Hotel Son Vida.

«Cada propiedad tiene un espíritu único a nivel arquitectónico, y si bien cumplen todos los requisitos para garantizar al huésped una experiencia lujosa y uniforme, la naturaleza de su diseño responde directamente a los pilares en los que sustentamos el nuestro: ubicación, arquitectura y narrativa. En el resultado, los motivos, las texturas, los colores y las obras de arte se entremezclan en el proyecto para darle una identidad única a la propiedad», apuntan los responsables del proyecto, Martin Goddard y Jo Littlefair.

«La esencia y el alma de la arquitectura del edificio permanecen intactos en un diseño que está firmemente ligado a la tradición de los oficios de la isla a través de materiales, patrones, texturas y colores. La intención es conferir al huésped la sensación llegar a casa de un viejo amigo en un edificio señorial mallorquín, donde se van a encargar de hacerle sentir lo más cómodo posible», comenta sobre el proyecto Francisco Vila, consejero delegado de Arabella Hospitality la entidad propietaria del hotel.

Claves

La clave para crear esa sensación fue proyectar una atmósfera residencial en las habitaciones del Castillo Hotel Son Vida, diferenciando la zona de descanso de la zona de estar con unos sofás para relajarse, cenar o trabajar. La pared de yeso pulido detrás del cabecero de la cama evoca la calidez y el color de las puestas de sol en la isla y la cerámica local hecha a mano. Los elementos de carpintería son de una rica madera oscura y las paredes están simplemente pintadas, lo que permite que los muebles, los colores y las telas aporten a la habitación esa calidez y familiaridad propias de una casa mallorquina.

Detalle de una de las habitaciones.

Todos los textiles que se han utilizado en la renovación de las habitaciones son de origen local, y entre ellos predominan las texturas neutras para crear esa sensación residencial y relajada. Sin embargo, se ha amplificado el interés visual con piezas decorativas destacadas, como el cabecero de la cama, que está cubierto con un tejido con un patrón similar al ikat, un taburete de terciopelo color coral o un banco de cuero color tostado a los pies de la cama que se conecta con el color el yeso pulido de detrás del cabecero. La gran mayoría de los muebles se diseñaron a medida y están inspirados en la artesanía local y la atmósfera del propio Castillo Hotel Son Vida con la intención de dar la sensación de que las piezas habían sido eclécticamente seleccionadas, tal y como ocurre en una casa.