Jaime Amengual, encargado, y los propietarios de Bugambilia Street, Miguel y José López. | Teresa Ayuga

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Marzo de 2020 marcó un antes y un después en nuestras vidas. Desde ese día, muchos proyectos de negocio se fueron a pique y otros murieron antes de nacer. Sin embargo, a pesar de las dificultades, también han visto la luz propuestas empresariales. Tania Fatima, de 21 años, es la propietaria de Estética Beauty Salón. Para su iniciativa cuenta con Saray Laguna y Ana Gómez. «Abrí el 4 de octubre del pasado año. Nuestro sector se ha visto muy afectado porque no es un servicio de primera necesidad, pero seguimos innovando cada día», explica la joven. Por ello, su valoración es un tanto agridulce hasta la fecha. «A veces va genial y a veces la cosa baja, va por temporadas. Confiamos en que todo vuelva a la normalidad».

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Marina Alonso de Caso parafrasea a Augusto Monterroso para explicar los inicios de su librería La Salina. «Cuando abrimos, la pandemia todavía estaba allí». Hace apenas dos meses que abrió y por eso cree que su valoración no puede ser muy exacta. «Es evidente que con la situación en Ucrania y la gasolina por las nubes, todo se va a resentir. Y por otro lado, falta ver también cómo se va a resolver el tema de la crisis del transporte y del papel que arrastramos desde el inicio de la pandemia, y que sí que hemos notado rápidamente». A pesar de todo, Marina se encuentra optimista y esperanzada: «Estoy muy contenta y agradecida por todo el interés que hemos recibido por parte del barrio, que nos ha adoptado como librería de cabecera y cuidado mucho desde que abrimos. Tenemos además una clientela fija ya, que viene a buscar libros de lectura, luego viene a comentarlos, trae a amigos, a primos...».

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El confinamiento comenzó el 14 de marzo de 2020. El 20 de marzo abría Bugambilia Street. «Era una fecha señalada ya que 40 años antes se había abierto el restaurante situado en la playa de Cala Major», dice el encargado, Jaime Amengual. «El inicio fue bastante duro ya que no teníamos referencias de la zona y no podíamos buzonear para darnos a conocer. Fue completamente boca a boca y tirando de nuestros contactos. El punto de inflexión fue cuando dieron el permiso de poder hacer deporte y pasear». Tras dos años de andadura, «se puede decir que no lo estamos haciendo mal viendo la respuesta de nuestros clientes, que repiten semana a semana». Para Jaime, «el secreto de nuestro éxito es la calidad del producto y el buen servicio».

Hace un año abrió Modern Clix de la mano de Esteban Iglesias, un argentino con varias idas y venidas a Mallorca y otros tantos negocios en la Isla. «Es un tipo de tienda especializada en discos de vinilo que abarca todos los estilos. También vendo equipos HI-FI, para djs, camisetas, muñecos de colección y libros». Esteban se encuentra muy satisfecho de cómo se está relacionando con sus vecinos de la calle Baró Santa Maria del Sepulcre.

Sergio Cobos, Raúl Cobos y Vicente García son tres empresarios de Palma con negocios basados en la venta de merchandising, ordenadores, consumibles de impresión y material de oficina. En 2019 se juntaron para crear Uep, una tienda de artículos de regalo junto a la ‘plaza de los patines’.

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«Comenzamos las obras a finales de 2019 y tuvimos que parar con el inicio de la pandemia. Está siendo un camino difícil, pero estamos muy agradecidos ya que cada cliente que entra nos muestra su sorpresa y su agrado haciendo que continuemos luchando por nuestro pequeño proyecto que tiene en el cuidado del medio ambiente uno de sus ejes, ofreciendo los artículos más sostenibles posibles», explica Sergio.