La lluvia no frenó a los participantes. | Pere Bergas

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Pese a que los isleños tienen fama de esconderse de dos gotas de lluvia, el mal tiempo de ayer no frenó la celebración de Magic Line, una movilización solidaria, impulsada por Obra Social Sant Joan de Déu, nacida con el objetivo de acompañar a los que más lo necesitan y recaudar fondos para financiar los programas de apoyo a todas las personas atendidas en los centros de Sant Joan de Déu y otras entidades sociales cercanas. Tras dos años de parón a causa de la pandemia, las ganas de volver a caminar juntos era notable. La Magic Line no solo se celebró en la Isla, que contó con 1.400 participantes, sino que Madrid, Barcelona y Lleida tuvieron paseos simultáneos. Aquí, los paseantes escogieron entre cuatro rutas. En Palma, disfrutaron de un paseo de tres kilómetros por el paraje natural de es Carnatge, en un terreno adaptado para sillas de ruedas, y de otro más extenso, de ocho kilómetros, en el que alcanzaron Can Pastilla. Por otro lado, en Inca se diseñaron dos recorridos más, también de tres y ocho kilómetros.

Una prueba tranquila

La Magic Line no es ni una carrera ni una competición, sino una jornada en la que ganan todos los participantes. Ese buen ambiente de fraternidad se respiraba desde el comienzo de la jornada.
Alrededor de las 10 de la mañana, los primeros llegaron al paseo de Cala Gamba, donde estaba la salida. Media hora más tarde, con los aviones sobrevolando sus cabezas, una ligera llovizna salpicando en sus chubasqueros y los dimonis de Kinfumfà animando la fiesta, los caminantes emprendieron la ruta, todavía con el café con leche en la mano. Llamaba la atención que muchas familias iban acompañadas por sus mascotas, que disfrutaron de la costa de es Carnatge, una zona siempre amable con los perros. Como novedad, este año se organizó una ruta de vela adaptada para usuarios con movilidad reducida. Más de cincuenta personas, parte de ellas del programa PROA de Sant Joan de Déu y Asprom, participaron en una ruta de tres millas marítimas que salió desde el Club Nàutic Cala Gamba, a las 10.30 horas, para alcanzar el islote de ea Galera y después volver al punto de partida.

Según la organización, la caminata ha recaudado este año más de 250.000 euros, que financiarán proyectos sanitarios y sociales de Sant Joan de Déu. Desde 2014, cuando se celebró la primera edición ha recaudado más de dos millones de euros. Además, otra de las novedades de este año fue la puesta en marcha de un paquete de ayudas para Ucrania, con el fin de cubrir las necesidades básicas de las personas refugiadas.