Pablo Fuster. En 2011, Pablo Fuster Tarongí dejó la empresa Relojería Alemana en manos de sus tres hijos. Los tres recibieron formación en las distintas áreas del negocio y son una familia muy unida. En la foto, Pablo Fuster, segundo por la izquierda, con sus tres hijos: Paula, Pablo y Blanca Fuster Planas. | Julián Aguirre

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La figura del padre es un referente para nuevas generaciones que deciden continuar con la empresa o negocio familiar, manteniendo y haciendo crecer el negocio, con los consejos tanto personales como profesionales de sus progenitores. En España, cada 19 de marzo, festividad de San José, se celebra el Día del Padre, aunque su celebración cambia de fecha en distintos países del mundo. Fue en 1948, en nuestro país, cuando una maestra de la Dehesa de la Villa organizó ese día en su escuela una jornada honorífica para los padres de las alumnas.

Actualmente, muchos ven esta celebración como algo comercial, cuando los hijos obsequian con un detalle al padre o se reúnen a manteles. Para Marcos Ferragut Salvà, gerente del Auditòrium de Palma, quien junto a su hermano Juan continúan los pasos de su padre Rafael Ferragut Bonafé, y su abuelo Marc Ferragut Fluxà, quien fundó el auditorio en 1969, «este Día del Padre lo celebramos trabajando pues en este oficio no desconectamos nunca». Marcos recuerda una infancia muy feliz en la que su padre se implicaba mucho en la enseñanza y actividades extra escolares. Entre los consejos que su padre, a día de hoy, les continúa dando, destaca «vivir y trabajar siempre al máximo pero con mesura para preservar nuestra libertad. Los excesos nunca son buenos. La libertad es el activo más valioso que puede tener el ser humano». Marcos tuvo claro, desde joven, que quería seguir en la empresa y «mi padre nos enseñó los múltiples oficios que hay dentro del mundo del teatro, primero como un juego y luego valorándolos, y buscando siempre la excelencia, como nuestro padre, solo así puedes apreciar y amar lo que haces».

La familia Fuster, de Relojería Alemana, es otra saga conocida y querida en nuestra sociedad. Fundada en 1879, Relojería Alemana es hoy en día un referente internacional. Las mejores marcas relojeras la eligen como punto de venta y sus piezas de alta joyería son únicas. Pablo Fuster Tarongí, tercera generación de la empresa fundada por el empresario alemán Guillermo Krug, quien al no tener herederos la dejó en manos del bisabuelo de la actual generación al frente, Pablo, Paula y Blanca Fuster Salvà, destaca que «en nuestra familia el Día del Padre lo celebramos en cualquier momento, así como el Día de la Madre. Y eso es porque nuestros hijos así nos lo hacen sentir y por lo que tanto mi mujer, Maena, como yo nos sentimos muy afortunados».

Francisco Vidal. Actualmente, en Autos Vidal hay tres generaciones de los Vidal trabajando en la empresa familiar que fundó Francisco Vidal Roca. En la imagen, Andrés y Esther Vidal Ferrer, Francisco Vidal Oliver, Carmen y María Vidal Ferrer.

Paula y Blanca recuerdan que «desde pequeños hemos vivido esta profesión. Correteábamos por el taller donde trabajaban mi abuelo y mi padre. Luego nos íbamos de viaje con mi padre. Siempre nos lo hemos pasado muy bien y hemos estado muy unidos». Pablo Fuster Salvà, quien ha pasado prácticamente por todos los departamentos de Relojería Alemana, destaca lo que apuntaban sus dos hermanas, «desde niños hemos vivido el negocio familiar muy de cerca y de mayores hemos recibido formación en las distintas áreas del negocio: administración de empresas, relojería y gemología».

Pablo Fuster, quien luce orgulloso pulseras personalizadas hechas por sus hijos, tras dejar la dirección de la empresa se dedica al golf, a viajar y a su gran afición: la cocina. Preparará en El Taller (su privado espacio gastronómico) un encuentro familiar, por lo que con motivo del Día del Padre, hijos y nietos esperan disfrutar de una de sus deliciosas propuestas culinarias y celebrarlo, como siempre, en familia.
Autos Vidal, fundada en 1921 por Francisco Vidal Roca, cuenta en la actualidad con tres generaciones de la misma familia trabajando. Francisco Vidal Oliver, quien continúa en el negocio, a pesar de haber delegado la gerencia y dirección en sus hijos Andrés, Esther, María y Carmen Vidal Ferrer, comenta que «en este momento les aconsejo pero son ellos los que dirigen la empresa. Estoy orgullosísimo y tranquilísimo». La familia se reúne cada mañana para desayunar en el bar de al lado del concesionario.

PALMA. BICICLETAS. La bici se pone más de moda que nunca. Día Mundial de la Bicicleta,
Rafael Ferragut. El Auditòrium de Palma cuenta, en su dirección, con la tercera generación familiar. En la imagen, de izquierda a derecha, Rafael Ferragut Bonafé, su nieto y su hijo, Marcos Ferragut Salvà, disfrutando de un día en bicicleta.

«Hablamos de todo. Tanto temas familiares como de trabajo», comenta Francisco, quien con 19 años, tras el servicio militar, comenzó a trabajar con su padre de mecánico y «éramos 23 empleados. Actualmente en la empresa, después de esta pandemia, somos 230 trabajadores». Cada uno de los hijos tiene su rol, siendo Andrés Vidal el actual director general del grupo. Entre los muchos consejos que Francisco ha dado a sus hijos estos destacan «el respeto por el trabajo, disciplina y constancia». Esther añade que «mi padre es el hombre más importante de mi vida, junto a mis hijos. Es un espejo en el que mirarme. De hecho siempre que he tenido algún problema personal he acudido a él y siempre me ha aportado confianza y todo su apoyo».

Francisco Vidal Oliver señala que «pese a que sean familia siempre se les ha pedido que tengan una carrera para poder trabajar en el negocio y asignarles el trabajo según sus habilidades y conocimientos. He tratado de enseñarles que hay que diferenciar entre la familia y el trabajo». Sombreros y tirantes son los regalos que más colecciona y le apasionan a Francisco Vidal, que recibe tanto por su cumpleaños como para el Día del Padre.

José Luis Roses. El bodeguero José Luis Roses, segundo por la derecha, cuenta con sus tres hijos, Pepe, María y Óscar, trabajando junto a él en las Bodegas José Luis Ferrer, de Binissalem. Brindan en cada celebración con un Veritas brut nature.

Otra saga mallorquina que sigue los pasos profesionales del padre son los Roses, al frente de las bodegas José Luis Ferrer. La familia celebra por partida doble esta jornada, «aunque lo celebramos por que es San José», señala José Luis Roses Ferrer, que en el año 80, junto a su hermano Sebastián, cogieron la dirección de la emblemática bodega de Binissalem fundada en 1931 por José Luis Ferrer Ramonell.

Óscar, María y Pepe Roses Lambourne recuerdan que «mi madre nos traía en tren a ver a mi padre a la bodega y algo que te queda, incluso a día de hoy, es el olor a uva y fermentación». Los tres coinciden en que «dedicarnos a la bodega no podía ser de otra manera. Ha sido algo natural». La familia, además de trabajar juntos, se reúnen a manteles todos los miércoles en casa de la abuela Nini Ferrer y madre de José Luis. Es una figura muy querida para la familia. «Sí, incluso después de casarme he seguido yendo a comer a casa de mi madre y ahora, aunque tiene 88 años, sigue reuniéndonos».

Para la generación de los Roses Lambourne, trabajar con su padre «es fantástico. Lo sabe todo y hace que el trabajo resulte fácil. Ojalá entre los tres hagamos uno de él». Entre las anécdotas, Maria destaca que «los domingos por la tarde tiene la costumbre de enviarnos un wasap para recordarnos lo que hay que hacer entre semana».