Sergio David, junto al Simpecado, durante el Camino.

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La romería de El Rocío regresa al Camino dos años después de la última vez. La culpa de la interrupción la tuvo la COVID-19, que lo paralizó todo. Y el regreso, referido a la Hermandad del Rocío de Palma, supone varias cosas, entre ellas, dos: que la nueva junta directiva, presidida por Sergio David Pérez Liaño, se estrena organizándolo, y que se cumplen 26 años de su fundación y 25 desde que hace el Camino.

Hablando con su presidente, nos decía que prácticamente todo ya está preparado. «Solo falta el cartel que, diseñado por un socio, o socios, de nuestra Hermandad, el próximo 20 de los corrientes será elegido, entre los presentados, por un jurado creado exprofeso. Por lo demás, solo hay que perfilar unos pequeños detalles, ya que, como digo, está todo dispuesto». En total van a ser 250 los rocieros que, saliendo de Palma el próximo 1 de junio, harán el Camino este año. Porque los miembros de la junta, con el Simpecado, viajarán a la aldea una semana antes a fin de tenerlo todo dispuesto.

El programa

Y este año, como quien dice –apunta el presidente– será como llegar y besar el santo. «Porque el día 2, en que llegaremos al Rocío por la noche, tras haber viajado desde Palma a Sevilla en avión, para seguir hasta la aldea por carretera, en autocar, una vez que nos hayamos distribuido en ella, también en autocar nos desplazaremos hasta el Monte Higo para, sobre las 23.30 horas, rezar el rosario, y a continuación ¡a dormir bajo las estrellas! O cobijados en una tienda de campaña, porque seguro que más de uno se la trae. Y al día siguiente, tras asistir a la Misa del Alba, empezaremos el Camino presidido por el Simpecado, que irá en una carreta tirado por dos bueyes de Camas, y abriendo el cortejo, El Yiyi, nuestro flautista tamborilero. El Camino pasará por Almonte, donde habrá una parada, y luego seguiremos hasta la aldea, con un alto para comer. Por tanto, aunque el recorrido solo sea de algo más de 23 km, en el que hay tramos que son muy duros, y hemos de parar para comer, pensamos llegar a la aldea sobre las ocho o las nueve de la noche. Y una vez en ella, cenamos y a descansar… El que quiera, claro».

El salto a la verja

En cuanto al día siguiente, viernes, «haremos la presentación, junto con los otros 125 Simpecado, pertenecientes a otras tantas hermandades, ante la Hermandad Matriz. Al día siguiente, sábado, lo tendremos libre, y el domingo por la mañana asistiremos con todas las Hermandades a la misa pontifical, que celebrará el obispo de Huelva, y por la noche, primero habrá rosario, que seguramente se prolongará hasta las tres de la madrugada, en que tendrá lugar el tradicional ‘salto a la verja’, para sacar a la Blanca Paloma, y con ella a hombros, comenzar la procesión, con parada en cada una de las Hermandades. A la nuestra llegará el lunes, no sabemos a qué hora, pues el recorrido que hace es largo y con muchas paradas. El regreso a Palma está previsto para el martes».

Actos previos

Con anterioridad al viaje a El Rocío, la Hermandad palmesana tiene previstos distintos actos. El 8 de mayo, peregrinación a Lluc, con salida en autocar desde la sede que dejará a los peregrinos en el Coll de sa Batalla, desde donde, a pie, irán en procesión hasta el monasterio. El 14 de mayo, en la iglesia de Montision, tendrá lugar el Pregón Rociero, este año a cargo de David Carrasco, director del Coro de la Hermandad Emigrantes, de Huelva. Y el 21 de mayo, despedida de la patrona de Palma, en Sant Miquel. Sergio David Pérez, que se estrenará, junto con sus compañeros de junta, como organizador de este Rocío, llamado ‘Rocío del reencuentro’, se reitera en que todo está preparado, y que hay muchas ganas de regresar a la aldea y honrar a la Blanca Paloma.

José Gomis y Karlos Hurtado, dispuestos a viajar a Ucrania.

Ucrania S.O.S.

Nos llama el fotógrafo José Gomis para exponer la idea solidaria que tiene. Que no es mala, siempre y cuando se haga bien, es decir, que se sepa qué se tiene que hacer en cada momento, sobre todo durante el trayecto y al final del mismo. La idea no es otra que, junto con el fotógrafo amigo suyo Karlos Hurtado, residente en Menorca, y en la furgoneta de éste, de nueve plazas, trasladarse a Barcelona, y desde ahí rodar hasta la frontera polaca con Ucrania. «Una furgoneta que, para la ida, cargaríamos con ropa y alimentos no perecederos, y de regreso nos traeríamos a España a una o dos familias». Naturalmente, para ello necesitan algo tan fundamental como imprescindible, dinero para comprar la gasolina con la que recorrer los cinco mil kilómetros, ida y vuelta, que han de hacer, dinero del que ellos no disponen y que tratan de buscar llamando a las puertas de la solidaridad.

Además de dinero...

La idea, como decimos, es buena, pues todo lo que sea ayudar a los damnificados lo es, ahora bien, aparte del dinero, necesitan saber cómo hacer un viaje sin problemas y, sobre todo, lo que han de hacer una vez que lleguen a la frontera, y a quién dirigirse una vez estén allí, primero, para hacer las correspondientes donaciones, segundo, para contactar con las familias que quieran venir a España, y tercero, contar con familias de acogida en España. Y en ello están, a través de la Iglesia Ucraniana de Mallorca. José Gomis sabe que si es importante conseguir el dinero para combustible, no lo es menos saber moverse en la frontera polaco-ucraniana –en Dorohousk, por ejemplo– y una vez allí, hablar con quien se tenga que hablar. «Por ello estamos haciendo las correspondientes consultas a entidades y personas que pueden informarnos».

En cuanto a quién conduce y dónde se hospedarán durante el viaje de cerca de 5.000 kilómetros, ida y vuelta, lo tienen claro. «Conduciremos nosotros, descansando en áreas de servicio. Porque será un viaje non stop, sin paradas, salvo para descansar, en el que el GPS nos guiará. En lo que recaban información, Gomis nos da su número de móvil, 637 81 31 92, a través del cual facilitará toda la información, y el de la cuenta en la que pueden hacer los ingresos, C/c ES21 0049 3871 0526 9401 6707. «Ni que decir tiene –apostilla Gomis– que justificaremos todos los gastos que tengamos, y si sobrara algo, lo donaríamos a la Iglesia Ucraniana de Mallorca».