Samantha de Noia, en Palma mostrando una botella del prestigioso güisqui escocés Inchgower. | Pere Bota

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Samantha de Noia (Calabria, Italia, 1987) entró en el mundo de las bebidas destiladas a una edad muy temprana. No se asusten. Fue su abuelo, quien elaboraba grappa de una forma artesanal a escondidas de la abuela de Samantha. Con el tiempo se ha convertido en una experta en el mundo de los destilados en general y del güisqui en particular. En la actualidad es la directora de Negocio de Braeburn Whisky, un broker especializado en el asesoramiento a los inversores en barricas de güisqui.

¿Qué le atraía de ese mundo siendo una niña?
– Saber cómo se obtenía el alcohol. Mi abuelo me decía: «Si quieres sacar el alma de las cosas las tienes que destilar».

Y ahora es broker de barricas de güisqui. ¿Cómo ha sido el camino?
– Realicé diversos cursos y me especialicé en destilados. Después me fui a trabajar a Escocia, porque es el mejor lugar si te gusta el güisqui. Visité todas las destilerías y trabajé en alguna de ellas. Cuando volví a España, trabajar en el mundo del güisqui era imposible, hasta que en Barcelona encontré por casualidad en una cata a la gente de Braeburn Whisky y fue un flechazo: a ellos les sorprendió mi trayectoria y a mí me gustó mucho su negocio.

Ustedes asesoran en la compra de barricas de güisqui escocés. ¿Por qué solo escocés?
– No es por calidad. El bourbon o el güisqui irlandés tienen otras fórmulas. El escocés es el que está más regulado en cuanto al sistema de producción y es con el que más rentabilidad se puede obtener.

¿Cuáles son las mejores barricas?
– Las que antes han tenido vino de Jerez, por la madera y por el sabor tan especial que deja en ella y que al juntarlo con el güisqui hace que se obtenga un producto muy especial.

¿Y la madera?
– Roble europeo, mucho más caro. El americano es más común y más barato.

¿A partir de qué precios se puede invertir?
– Desde unas 2.500 libras (3.200 euros). De ahí hasta más de un millón de libras. Y damos la opción de comprar en criptomonedas. Devolvemos el dinero también en criptomonedas o en libras. Esto viene bien para países como Venezuela o Argentina, que tienen más dificultades para obtener dólares o libras. Si tienes un presupuesto más ajustado necesitarás más tiempo para sacar beneficio y si tienes uno muy alto la ganancia, lógicamente, será mayor también. Se trata de una inversión a largo plazo. No tiene ningún sentido invertir para sacar el beneficio al año siguiente.

Este martes ha sido el Día Internacional de la Mujer. ¿Es machista el mundo del güisqui?
– Podría parecerlo al ser un mundo en el que un gran porcentaje de la gente relacionada con él son del género masculino, pero nunca he tenido el más mínimo problema. Por ejemplo, en Macallan la maestra destiladora es una mujer.

¿Es cierto que hay más demanda de güisqui que capacidad de producción?
– Sí, pero referido a los single malt. (destilado por un único productor en un único lugar, mientras que el blend se elabora mezclando destilados de varios productores). Son productos artesanales. Si quieres incrementar tu producción tienes que abrir otra destilería y es muy complicado. Antes abastecía solo a las islas británicas, pero con el aumento del mercado a Estados Unidos, Asia y Japón, la producción no basta.

¿Dónde tienen el mercado principal?
–En Asia, y sobre todo en Singapur es donde se realizan las operaciones económicas más importantes.EnEspaña son más pequeños inversores y en Reino Unido yEscocia e Irlanda están en el término medio.

¿Hay mucho esnobismo en este mundo?
–Los escoceses no venden motos. No son muy de marketing ni de innovar. Los güisquis que conocemos son porque las destilerías están gestionadas por multinacionales e invierten en publicidad.

¿Se pondrá de moda el güisqui como lo ha estado la ginebra?
–No lo creo. El güisqui es un producto tan genuino que no entiende de modas.

¿Le gusta el güisqui?
–Ja, ja, ja. Demasiado. Solo bebo agua y güisqui. Ni leche, ni refrescos... Yo lo tomo solo, pero me parece bien que cada uno lo beba como quiera. Hay algunos que son perfectos para antes de comer y otros ideales después del café. Eso sí, si lo mezclas con Coca Cola no hace falta que sea un single malt.