Elenise Molina posa en su estudio junto a los instrumentos de madera que utiliza en sus terapias.      | M. À. Cañellas

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La maderoterapia está de moda. Eva González, Rocío Flores, Cristina Pedroche e incluso la reina Letizia son algunas de las celebridades que se han sometido a este tratamiento, en crecimiento exponencial gracias a su relación coste/resultado. Esta terapia no invasiva está indicada a personas con problemas de circulación, retención de líquidos, dolencias musculares, piernas cansadas y grasa acumulada. En este último apartado destaca la técnica de Elenise Molina, una colombiana residente en Palma especialista en este arte centenario, originario de China, perfeccionado en Japón y llevado al campo terapéutico por el doctor Walter Patiño en la ciudad de Cali (Colombia).

Antes, mucho antes, de copar portadas y espacios en magazines de salud, la maderoterapia había llegado a Mallorca de la mano de nuestra protagonista, alumna aventajada del doctor Patiño, quien la formó en un curso intensivo de un mes en Cali. Esta bonita ciudad con dos millones de habitantes, enclavada al sudeste de Bogotá y a pocos kilómetros del Pacífico, es el semillero de una terapia que está revolucionando los tratamientos estéticos. Y es que, a falta de una definición más científica, sus resultados son cuanto menos, «mágicos». Lo dice Elenise, mirándome fijamente a los ojos, mientras desliza un amplio muestrario de fotos que recogen el ‘antes y después’ de su intervención. Y como una imagen vale más que mil palabras, nos quedamos sin argumentos para rebatirla. Aquí no hay filtro, retoque, trampa ni cartón. Ante mí desfilan un montón de imágenes de torsos desnudos, repletos de grasa acumulada en cintura, caderas y otros puntos proclives a la formación adiposa que, por un extraño azar, menguan considerablemente en la foto adjunta. Milagros, a Lourdes. «Lo mío es una técnica muy trabajada», defiende. Lo corrobora una clienta antes de abandonar su estudio, donde desata la magia de sus manos en sesiones de cuarenta y cinco minutos. Luego, al parecer, el cuerpo «drena la grasa con la orina».   

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Una clienta recibe una sesión de maderoterapia para aliviar contracturas.

Medicina oriental

Aunque originalmente se usaba en la medicina oriental, la maderoterapia se actualizó en la recta final del siglo XX para atender fines estéticos. «Muchas clientas vienen para que les ayude con la celulitis o para reafirmar y tonificar el cuerpo». En apariencia, la técnica de Elenise consigue resultados sorprendentes, aunque su intervención va más allá del modelado estético en zonas como abdomen, muslos y caderas. «También se puede usar como técnica de relajación para reducir el nivel de estrés, así como con el objetivo de tratar contracturas. Otra aplicación es la madero- terapia facial, que trabaja con delicadeza los diferentes proble- mas que pueden encontrarse en el rostro y el cuello, y da como resultado un efecto reafirmante». Llegados a este punto, ¿como explicar a los más profanos las rutinas de la maderoterapia? Y es que, a bote pronto, uno tiende a imaginarse a Elenise lanzando mamporros, madera en mano, sobre un costado del paciente. Y no. «La maderoterapia consiste en estimular el cuerpo mediante una rutina de masaje con utensilios de madera. El movimiento y la presión en diferentes puntos del cuerpo persigue una reacción de bienestar y alivio», explica.   

Desde tiempos inmemoriales se considera la madera un material beneficioso para la salud. Sus propiedades «reafirmantes y tonificantes» así lo confirman. Además, «activa la circulación sanguínea y linfática, por lo que ayuda a mejorar el aspecto de la piel». Otro de los beneficios que se le atribuyen es la activación en la producción de colágeno y elastina, que actúan directamente sobre los músculos del cuerpo. Es por ello que este tratamiento «no está únicamente destinado a personas con sobrepeso y acumulación de grasa». No podemos acabar sin preguntarle por el tiempo que transcurre antes de apreciar los resultados, «lo habitual es desde la tercera sesión, también es cuando se aprecia la mejora en la calidad de la piel». Otro de los beneficios de esta técnica revolucionaria favorece al público femenino, al que «ayuda a eliminar la piel de naranja». Con todo, Elenise advierte que el tratamiento debe ir acompañado de «un poco de ejercicio físico y una dieta equilibrada».