Palma se ha convertido en una las ciudades de España más activas en la aplicación para ligar y se sitúa en el 'top ten' del uso de las video citas.

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«En una discoteca, con 50 personas, quizá solo cinco son potencialmente compatibles contigo. Y de estas no todas se van a acercar para conocerte. Pero en Tinder sí, porque todos buscan una relación amorosa o sexual». Marta Soler tiene 23 años vive en Palma y es un claro ejemplo de que la irrupción de la tecnología ha cambiado la vida íntima de las personas y su forma de encontrar pareja. Los algoritmos que llevaban años tonteando con la rutina del día a día han encontrado en los 'match' una nueva fórmula para el amor moderno. Palma se ha convertido en una las ciudades de España más activas en la aplicación para ligar y se sitúa en el 'top ten' del uso de las video citas, según datos de la misma app.

Anna también es una firme defensora de la aplicación para ligar. Eso sí, por el momento, la utiliza de una forma más práctica: «Estoy en un punto de mi vida en el que no busco una relación seria. Priorizo otros aspectos de mi vida y ahora lo único que busco es darme ‘alegrías’ de vez en cuando. Creo que se deberían de naturalizar estas prácticas. Estamos en el siglo XXI» sentencia. Preguntada por el número de personas con las que habla, tras abrir la aplicación y hacer un repaso por los chats, revela: «Siete, dos chicas y cinco chicos». «No, no me supone ningún agobio hablar con tanta gente. Hablo cuando quiero y con quien quiero, e incluso para mí es una forma de relajarme y distraerme después de una larga jornada de trabajo y estudios. Al fin y al cabo no deja de ser una forma de evasión y entretenimiento, algo con lo que soportar la presión a la que estamos sometidos los jóvenes de hoy en día».

Pero no solo ha cambiado el cómo sino también el dónde. Atrás han quedado los cafés y las cañas para un primer encuentro. Ahora la primera vez que nos vemos las caras también es tras la pantalla. En 2021 las video citas se convirtieron en un must para un primer encuentro: las menciones a «videollamadas» en las biografías de Tinder han aumentado considerablemente, siendo Palma la cuarta ciudad en las que más se utilizan. Un hecho que quizá vino incentivado por incertidumbre por la pandemia, ya que estar vacunado se convirtió en uno de los requisitos más solicitados antes de tener una cita en persona. La vacunación hizo que los palmesanos se sintieran más seguros a la hora de conocer gente nueva. A medida que la campaña de vacunación se aceleró, entre junio y septiembre aumentaron las menciones al fármaco en las biografías y también se dispararon los encuentros. No sólo fue la vacunación, en verano con el aumento del turismo se liga todavía más que en los meses de frío. «Es una forma fácil y rápida de conocer gente. Antes íbamos al bar y ahora recurrimos a Tinder», asegura Carlota Padilla.

Sin embargo, la generación del amor moderno también busca conectar con gente nueva cerca de ellos para compartir tiempo y espacio en la vida real, ya que «cerca» y «cerca de» han aumentado un 20 % en las menciones de las biografías de Tinder en el último años, lo que refleja que el mundo real no se ha pasado de moda en lo que a citas se refiere. «Sí se puede encontrar el amor a través de Tinder. Es una nueva manera de conocer gente y, al haber más abanico de opciones, es mucho más fácil conocer a personas con las que compartes gustos y aficiones», afirma Soler.

Tanto es así que a ella le funcionó, conoció a su actual pareja en el verano de 2020 a través de la aplicación y hoy en día viven juntos. «Me he abierto Tinder varias veces, de hecho, a mi primer novio también lo conocí por una red social para ligar y estuvimos juntos cuatro años», explica. Tras romper la relación y, pasados unos meses de cierto duelo, volvió a abrirse al amor y a descargarse la app. En esta ocasión, por contra, no buscaba -al menos, en un principio- una relación estable. Sin embargo, al conocer a Nacho, las cosas cambiaron. La mecha del amor prendió fuego, y de forma muy intensa: ocho meses después de conocerse se fueron a vivir juntos y, dos meses después de ello, ampliaron la familia con un nuevo miembro: Loki, un gatito recién nacido. El amor también triunfa en Tinder.

Y es que nunca se sabe desde dónde puede disparar Cupido, incluso a veces lo hace a través de una pantalla. Jose, palmesano de 21 años, se abrió una cuenta en marzo de 2021 y allí conoció a su novia Carlota. «En realidad no lo hice persiguiendo ningún objetivo en concreto, simplemente estaba aburrido una tarde en casa y se me ocurrió la idea». «Encontré un poco de todo. Muchas chicas iban a lo que iban: te empezaban a hablar de buenas a primeras de sexo: ‘Cuando nos vemos’, ‘Busco sexo’. Pero también con personas muy simpáticas e interesantes con las que mantuve conversaciones interesantes». Pero un día encontró a Carlota Padilla, de 22 años era reacia en un principio a entrar en la plataforma: «Pensaba que ahí la gente solo quería sexo e iban a lo que iban y no era lo que buscaba». Sin embargo, en la primavera del año pasado, muchos amigos suyos comenzaron a encontrar pareja estable mediante la aplicación. «Yo también quise probar, aunque al principio tenía miedo de lo que me iba a encontrar». Y a quien se encontró, esa misma tarde en la que se abrió Tinder, fue a Jose, con el que hizo 'match»'. «Empezamos a hablar esa misma noche», asegura.

Y así fue como empezó la historia de Jose y Carlota: «Hablamos durante un mes y después ya pasamos a WhatsApp. Es bastante tiempo, porque normalmente quedas a la semana para conocerte en persona», explica Carlota. Ambos quedaron en conocerse para tener en una primera cita, sin expectativas amorosas. Pero…saltó la chispa. «Desde el primer momento nos caímos genial. No pasó nada sexual, pero hubo mucho ‘feeling’», recuerda la joven. Tras ese primer día, llegó un segundo encuentro, y un tercero. Hasta el 6 de junio de 2021 cuando formalizaron la relación. «Y ahí seguimos, muy bien. Hablándolo todo y entendiéndonos a la perfección». Lo cuentan desde Málaga, están de escapada romántica por San Valentín. Lo que antes se llamaba flechazo, ahora es un buen «match».