En el extremo occidental de la península Antártica dónde más está aumentando la temperatura, estas colonias de pingüinos están disminuyendo.

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Greenpeace ha descubierto un «refugio climático» en el Mar de Weddell, en la Antártida, donde se ha observado más de 40.000 polluelos de pingüinos de Adelaida en tres puntos de esta zona remota. El hallazgo se ha producido durante el primer tramo de una nueva expedición a la Antártida de la ONG ecologista, que lleva años reclamando la protección de este enclave y de un Tratado Global de los Océanos que proteja el 30 por ciento de su superficie.

Las científicas han destacado la importancia de este refugio climático dado que en el extremo occidental de la Península Antártica, donde más está aumentando la temperatura, las colonias de pingüinos están disminuyendo. Los científicos de la expedición de Greenpeace proceden de la Universidad de Stony Brook (Nueva York, EEUU) y han descubierto que estas vastas colonias de pingüinos Adelaida siguen estable en la última década. Por ello, consideran que esto es una «nueva evidencia real de que estas áreas son un refugio climático para los pingüinos Adelaida, considerados una especie centinela». Los descubrimientos refuerzan la teoría de que el mar de Weddell puede proporcionar un refugio importante para la biodiversidad de los peores impactos de la crisis climática.

En este enclave se propuso hace una década, crear un gran área marina protegida por parte de la Comisión del Océano Antártico (CCAMLR en sus siglas en inglés), que aún no ha sido aprobada. Los datos recogidos refuerzan la necesidad urgente de proteger y preservar el mar de Weddell mientras pueda conservar un ecosistema intacto y en pleno funcionamiento estructural. La ONG defiende que un Tratado Global de los Océanos permitiría que exista un procedimiento de votación que asegure que uno o dos países no bloqueen las propuestas de protección que estén respaldadas por una amplia mayoría de países como ha ocurrido en CCAMLR. «Es asombroso ver lugares de la Antártida que aún están protegidos de los peores impactos de la crisis climática. Los gobiernos necesitan proteger ya ésta área.

El año pasado, fracasaron una vez más en darle al Mar de Weddell la protección que necesita, una década después de prometer su protección. Les instamos a que actúen antes de que sea demasiado tarde», ha declarado la responsable de la campaña desde el Arctic Sunrise en el mar de Weddell, Louisa Casson. La semana pasada, los científicos de Stony Brook a bordo del Arctic Sunrise descubrieron una nueva colonia de cría de pingüinos papúa en la isla Andersson. Este descubrimiento proporciona pistas de que el ecosistema en el límite externo del Mar de Weddell está cambiando, aunque de manera que no parece haber impactado negativamente a los pingüinos Adelaida, que han llamado hogar a esta región durante siglos.

La doctora Heather J. Lynch, profesora de Ecología y Evolución en la Universidad de Stony Brook y una de las líderes de la expedición, ha explicado que el Mar de Weddell es «difícilmente inmune» al cambio climático, pero parece que los pingüinos Adelaida que se reproducen en esta área permanecen protegidos de «la peor de las amenazas a las que se enfrentan esas poblaciones que disminuyen tan rápidamente en el lado occidental de la península Antártica, donde las temperaturas están aumentando». «Nuestra comprensión de la ecología en este paisaje inhóspito continúa creciendo cada año, pero todo lo que aprendemos apunta hacia su valor para la conservación», ha señalado.