Alicia decora una de las tiendas de Rapha para la Vuelta a España’19.

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Alicia Gómez Magallón (Palma, 1988) sabía desde bien pequeña que se iba a dedicar al mundo del dibujo y la ilustración. «Mi abuelo Salvador Magallón fue uno de los primeros en poner una serigrafía en la Isla y creador de los primeros souvenirs en Mallorca en los años 70. Desde niña ya me sentí atraída por este mundo y de alguna forma supe que me iba a dedicar a ello. Me formé para ello y encontré mi estilo, que ha sido muy influenciado por mi abuelo y la estética de los dibujos animados de los años 50».

Alicia Gómez estudió grado superior en Artes Gráficas-Ilustración en la Escuela de Diseño de Palma y desde sus inicios se vio muy atraída por el blanco y negro. «Trabajo muchísimo con estos tonos, utilizando texturas. Pero también me siento cómoda con el color, aunque mi estilo está muy marcado por el blanco y negro». Uno de los objetivos de Alicia es no limitarse a dibujar, sino también crear sus historias. «Aún no he tenido la oportunidad de animar mis personajes, pero es algo que tengo en mente poder hacer en un futuro no muy lejano». Su abuelo no contó con los adelantos tecnológicos existentes en la actualidad y que en el mundo del diseño y del arte gráfico han supuesto toda una revolución. «El ordenador está siendo mi técnica más utilizada, ya que me facilita el trabajo por la adaptación a diferentes soportes y tamaños a la hora de plasmar grandes proyectos. Sin embargo, adoro trabajar en acrílico o sobre pared porque la frescura que se consigue es inimitable».

Una parte importante de su trabajo está relacionada con el ciclismo. «Empecé a montar en bici en el año 2014 y a raíz de ello ahora trabajo en la tienda de Rapha Mallorca. Es uno de los principales deportes que practico junto el surf. Durante los últimos años he podido combinar mi pasión por el ciclismo y mi trabajo ya que en Rapha han contado conmigo para colaborar como ilustradora, como por ejemplo en la creación del escaparate de Soho de Londres, creación de algunos productos para la marca, colaboraciones en revistas o la creación de pósteres y flayers para las campañas publicitarias». Respecto a sus relación con los clientes, explica: «El cliente que me pide un trabajo busca mi estilo y mi identidad. Mis trabajos suelen ser sobre las temáticas que ellos me piden, ya sea deporte, familiar o gastronómico, pero siempre siguiendo mi línea, y eso es algo que agradezco».

Clandestí y Mercat Negre

Otras de sus intervenciones más destacadas han sido las realizadas en el restaurante Clandestí y en el local Mercat Negre del Mercat de l’Olivar. «Pau (Navarro) y Ari (Ariadna Salvador), cuando decidieron abrir el Clandestí, quisieron darme la oportunidad de hacer un mural en el interior. Era la primera vez que iba a hacer un trabajo así pero me apasionó la idea. Me empapé de todo lo que querían que proyectara en esa pared, las raíces, el tipo de cocina, sus gustos o hobbies fuera del trabajo... El boceto lo hice de madrugada y siempre recuerdo que terminé a las 3 de la mañana de lo motivada que estaba y de las ganas que tenía de ponerme manos a la obra. Una vez allí, monté el andamio y me puse manos a la obra. Utilicé pintura acrílica, rotuladores y algo de spray para hacer el mural. Pau me dijo el otro día que no sabe cómo lo hice pero ese plato con forma de ovni y esas especias fueron en la vida real el plato que les hizo dar el salto a montar lo que es ahora el Clandestí».

Una ilustración realizada con motivo del Día de la Mujer.

Al cabo de 3 años, Pau Navarro ha vuelto a contar con ella para un segundo proyecto, Mercat Negre. «Me encantó el encuentro que tuvimos en el local del Mercat de l’Olivar, me puso delante de la barra y me dijo: ‘haz lo que tú sabes hacer, haz tu arte’. Entonces ya solo le pregunté sobre la idea del Mercat Negre y mi cabeza se montó una película de piratas y corsarios y fábula de sirenas donde cada pescado luego será un manjar en el Mercat Negre. Este trabajo fue más fácil porque ya lo hice en digital y también me permitió dar más detalles a los personajes». Gracias a estos trabajos, su nombre ya está sonando en el mundo del diseño gráfico. «Cada vez tengo más encargos. Creo que en un futuro no muy lejano podré dedicarme a ello al 100 % pero por el momento sigo trabajando para Rapha y compaginando las dos actividades».