Laurent y Coralie con sus hijos y un ciclista con la bandera de Argentina, en una carretera de Llucmajor. | R.D.

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El pasado 1 de agosto Laurent, Coralie y sus tres hijos, Maceo, de 8 años, y los gemelos Lalie y Thimotée, de 5, comenzaron su aventura desde Toulouse. La idea, recorrer Europa hasta justamente el 1 de agosto de 2022, fecha en la que Laurent se deberá incorporar a su trabajo como director de una fundación de la Escuela Superior de Ingeniería. Estos días, la familia Juillard se encuentra en Mallorca y tiene en Llucmajor su ‘campo base’ gracias a la gentileza de Antoni Luna, que está compartiendo su vivienda con ellos. «Le conocí en un supermercado de Valencia hace unos días y me ofreció su casa. Como teníamos pensado venir a Mallorca y luego a Eivissa nos ha ido genial», explica Laurent.

Al principio, la idea era realizar el periplo en furgoneta, pero después cambiaron de medio de transporte y se decantaron por unas bicicletas eléctricas bastante especiales que se recargan con energía solar. «Son tipo tándem y miden 3,5 metros. En una de ellas van dos niños en la parte delantera y trasera y un adulto en medio y en la otra, otro adulto, con otro niño y las placas solares». Laurent y Coralie son dos almas aventureras que se conocieron en Sudamérica en 2005. Él estaba recorriendo el continente en autostop.

«Primero nos vimos en Chile, luego en Argentina y posteriormente en Bolivia. Estuvimos cinco meses juntos, pero luego yo continué mi viaje porque duraba dos años y ella regresó a Francia». Después retomaron su relación y hablaron sobre la posibilidad de realizar un gran viaje si tenían hijos. «Pero debíamos esperar unos años para que no fueran demasiado pequeños».

Los niños no están recibiendo una formación académica al uso este año, pero eso no quiere decir que no estén aprendiendo. «Nos pasamos el día contando y jugando a hacer sumas, restas... Es una forma de aprender sin tener la sensación de estar estudiando. En Francia no existe la obligación de escolarizar, pero sí de educar», añade Laurent. Desde Toulouse, la familia recorrió de oeste a este su país hasta cruzar la frontera italiana y llegar a los Dolomitas, uno de los paisajes que más le han impresionado a Laurent. «Después seguimos hacia el este hasta llegar a Grecia tras cruzar Croacia, Serbia y Bulgaria». En el país helénico se ha producido hasta la fecha el momento más emotivo del viaje, ya que Coralie pudo estar con su padre, que vive en Creta, y al que no veía desde hace más de 30 años.

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La familia Juillard, en la Plaça d’Espanya de Llucmajor el pasado viernes. Foto: PILAR PELLICER

En lo que queda de invierno tienen previsto conocer el sur de España, y en cuanto llegue la primavera, ir subiendo hasta el norte, y tras visitar los países escandinavos volver hacia el sur hasta regresar a Toulouse. «Nuestro viaje no se acaba cuando regresemos, ya que no es tan importante el estar fuera de nuestra ciudad como adoptar una forma de vida que consiste en aprender sobre todo a sobreponerse de las dificultades que te encuentras en la vida sin importar el lugar. Y durante este tiempo, casi no hablamos de COVID, y eso ya es muy saludable».